Jurassic World: de nuevo los dinosaurios

Un único T-Raptor (en puridad T-Rex Raptor) en la isla desolada, abandonada por científicos y turistas tras el brutal ataque de los Indominux Rex y su enfrentamiento final con los Raptorex, nos indica que en absoluto estamos al final de la aventura.

Jurassic-2015-cartel Jurassic World: de nuevo los dinosauriosHabrá nuevas entregas hasta que lo que en su día fue un hallazgo cinematográfico y llenó los sueños infantiles de una generación se vaya degradando, como los plásticos más civilizados o los jabones que lavan más blanco, y algún día acabe quedándose en nada.

Aunque a punto ha estado de conseguirlo el realizador debutante Colin Trevorrow, 38 años, 16 cuando se estrenó el primer Jurassic Park, quien ha dirigido la franquicia 2015 del mundo perdido creado por el escritor Michael Crichton, Jurassic World. Veintidós años después de aquel primer estreno, y cuando han pasado catorce de la tercera entrega de la saga, el Parque abre de nuevo sus puertas.

¿Otra vez dinosaurios? Otra vez dinosaurios en las atracciones – el terrorífico T-Rex, los pícaros velociraptores, los simpáticos braquiosaurios y todos los demás- solo que ahora en 3D, lo que significa que vemos hasta la glotis de los bichos cuando abren la boca, que su saliva nos salpica y que el nuevo espécimen híbrido conseguido por el equipo de científicos de la isla, el Indominus Rex, es un OGM (organismo genéticamente modificado), una chapuza de T-Raptor aunque más grande, más fuerte, más letal y más terrorífico, en cuyo ADN ha intervenido también al menos una sepia –lo que justificaría su capacidad de camuflaje (sic)- y una rana de nombre imposible de cazar al oído.

Coproducido ahora por Steven Spielberg –el autentico padre de la criatura, productor, director guionista y “resucitador” de los dinosaurios de los dos primeros Jurassic- el guión de esta última entrega apenas aporta nada a todo lo visto anteriormente hasta el punto de que ya se me han adelantado algunos colegas internacionales para decir que “más parece un remake que un capítulo nuevo”: la misma historia, los mismos peligros, idénticos personajes (con la novedad de que en esta ocasión “la chica” corre, pelea, conduce, atraviesa la selva y se enfrenta a los bichos montada en unos stiletto lo que, no sin humor, la actriz Bryce Dallas Howard ha comentado diciendo que “Ahora puedo poner en mi curriculum que entre mis habilidades especiales figura correr por la jungla con tacones altos”), prácticamente el mismo desarrollo argumental (“algunas escenas son un torpe copiar y pegar”).

Digamos que ha sido como una “puesta al día”. En la isla donde John Hammod recreó dinosaurios a partir de mosquitos encontrados en piedras de ámbar fosilizado y desencadenó el caos que conocimos hace veinte años, han construido un parque de atracciones llamado Jurassic World con una seguridad casi tan férrea como la de un campo de concentración: desde una sala de control se vigila permanentemente a los visitantes para evitar que los animales causen más miedo del necesario. Al mismo tiempo, en los laboratorios de la Isla Nublar los biólogos inventan continuamente especies nuevas y cruzan genomas diversos con el único objetivo de aumentar el interés de la gente y aumentar su lucrativo negocio. Las dinosaurios de distintos nombres son domesticados, domados, por un equipo de hombres musculosos, entre los que destacan los actores Chris Pratt (Los guardianes de la Galaxia) y Omar Sy (Intocable), muy divertido dando a los bichos órdenes con acento francés.

Hasta el Parque llegan dos hermanos adolescentes que van a pasar un fin de semana con su tía Claire (Bryce Dallas Howard, Crepúsculo III, El color de los sentimientos, hija de Ron Howard), la directora del centro. Mientras andan divirtiéndose en las atracciones, la más terrorífica de las bestias híbridas, el Indominus Rex, se escapa de sus controladores y comienza a sembrar el pánico. Claire pide al temperamental Owen (Chris Pratt) que se encargue de arreglar lo que en principio parece un simple problema.

Siguiendo los anteriores esquemas “clásicos”, y la defensa de algunos valores “muy americanos”, la película aglutina todos los códigos elementales en una narración de aventura y terror “a la antigua”: la familia que se cohesiona con la catástrofe, las masas en movimiento en un espacio controlado (aunque en este caso sea inmenso, toda una isla), el comienzo de un amor …

El revés de la tramoya

¡Adios, pues, Jurassic Park, bienvenido Jurassic World ! Hace 22 años, Steven Spielberg llevaba un paso más allá los sueños de la ciencia ficción y devolvía la vida a los dinosaurios. Jurassic Park se convirtió enseguida en una película de culto y los distintos tiranosauros en animales muy simpáticos, fetiche de una generación que creció teniendo unos cuantos de goma en la mesilla. Hace 22 años, el doctor John Hammond (Richard Attenborough) soñaba con crear un parque atracciones que ofreciera a los visitantes auténticos dinosaurios. Ahora el Parque es una realidad, en una isla de Costa Rica, construido por 400 artesanos especialistas en decorados cinematográficos. Jurassic World recibe cientos de miles de visitantes de todo el mundo que, en la película, encarnan 800 figurantes contratados para las escenas multitudinarias.

Para la fabricación del Indominus Rex, la criatura nueva del Parque, con un cierto grado de cientifismo, se ha recurrido a los consejos de un ilustre paleontólogo, Jack Horner, profesor en la Universidad de Montana y conservador de las colecciones paleontológicas del Museum of The Rockies, una filial de la Smithsonian Institution.

Los efectos especiales han estado bajo la supervisión de Tim Alexander, de la compañía ILM (filial de Lucasfilm Ltd.), quien ha conseguido especímenes de hasta 6 metros de alto y 14 metros de largo. Algunos animales se han construido en animatrónica (criaturas animadas o robotizadas, realizadas con una piel de látex y mecanismos internos). Otros bichos están accionados por marionetistas.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

1 COMENTARIO

  1. Mercedes, gracias a tu comentario me he atrevido a ir a ver la película. Estaba remisa. No esperaba gran cosa, pero tengo que confesar que me he divertido. Las dos horas se me han pasado en un suspiro. Por cierto, los figurantes de las escena de pánico son de risa por lo mal que lo hacen. ¿Lo que más me ha gustado? Los tacones de la alta ejecutiva del parque, intactos tras la travesía por la selva y por el asfalto. Genial la idea y Maravilloso el resultado!

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