Los primos Josemi Carmona, Antonio Carmona y Juan Carmona el Camborio son el Deus ex machina de esta resurrección de Ketama en 2019 con el superespectáculo No estamos locos tour que lleva desde febrero pasado cosechando audiencias puestas en pie, acaba de pasar por el Festival Flamenco on Fire de Pamplona y seguirá su gira triunfal por esos mundos de Dios por tiempo indefinido, que previsiblemente será largo.
No estamos locos tour fue precedido por una comida gitana que ha hecho historia. Primero, porque era la primera vez que Flamenco on Fire invitaba a tal evento a medios, artistas e invitados afines. Segundo, porque los anfitriones eran Amparo Niño, autora de las dos recetas gitanas, esposa del guitarrista de culto Pepe Habichuela, madre de Josemi Carmona y tía de los otros dos primos. Segundo, porque las recetas han sido interpretadas por un chef premiado internacionalmente, Andoni Adúriz del restaurante Gurbindo Extea, secundado por los chefs Javier Vergara, Iñaki Andradas, Luke Vigo y David González. Las recetas: Potaje Gitano y Arroz con Hinojo. ¿Origen del evento? La casa de los Habichuela meses atrás, en ocasión de una invitación a comer a Andoni Adúriz. “Quién crea que estas recetas son fáciles de preparar para doscientas personas, se equivoca. Tiene que permanecer la esencia de Amparo y su amor en toda la preparación”.
Sin duda uno de los hitos del festival.
Parece que uno de los detonantes de este renacido Ketama 2019, fue la recuperación de la gravísima enfermedad de Antonio Carmona que hizo temer por su vida durante el otoño de 2017. Una experiencia así hace replantearse muchas cosas. La idea, con sus pros y contras fue madurando durante 2018. En septiembre/octubre se pusieron a la tarea y en febrero 2019 estaba en los escenarios. Pero de esto nos hablará más tarde el propio Josemi Carmona.
El concierto
Con una banda de primeras figuras, un diseño de iluminación y sonido state of the arts –en esto la diferencia a favor con respecto a los 80 era notoria, gracias a las tecnologías de última generación- una puesta en escena coordinada al milímetro, así como la coordinación de instrumentos, los turnos solistas, la actuación como maestro de ceremonias de El Camborio, -uno de los fundadores del primer Ketama; Josemi tenía doce años por entonces –que realmente se salió cuando nos habló de su guitarra y su constructor Vicente Carrillo– uno de los grandes sino el más grande artista en construir guitarras personalizadas, las canciones de entonces y otras de ahora incluyendo algunas composiciones de Josemi Carmona, homenajes al desaparecido patriarca Juan Habichuela, a Antonio Mairena, a las mujeres olvidadas de la generación del 27, y un Antonio Carmona cantando y creando escena dentro y fuera del escenario. Canciones coreadas por el público puesto en pie en el Auditorio Principal del Baluarte con el aforo al completo.
La Banda Ketama
Una banda compuesta por diez instrumentistas, la voz de Antonio Carmona y los coros a ratos de los hermanos Montes Saavedra Los Mellis y a ratos palmeros o percusionistas de cajón. Las guitarras de Josemi y Juan Carmona El Camborio, el bajo de Josué Ronkio, las percusiones de Luis Dulzaides y la gran batería de Kiki Ferrer, la trompeta de Manuel Machado, el saxo de Ariel Bringuez y el teclado de José María Cortina.
Canciones muchas, Antonio Carmona no paró quieto en todo el concierto, añadiendo valor escénico a su voz. No estamos locos, Vente pa Madrid, Flor de Lis, Loko, Problema, Se dejaba llevar, Vengo de Borrachera, Ne-bi-fe, Yo, Agustito, Miénteme, Viviré, Paren el mundo. Etc., etc.
¿Y la música y el estilo? Hay quien lo sigue llamando Nuevo Flamenco, o Flamenco pop-rock. A mí me sonó a una Latin Jazz – Rock Band, en la que a veces podía intuirse un lejano rastro flamenco, incluida la soleá y los tangos de Josemi, presentados como novedad. En todos estos años ellos han seguido haciendo cosas, yo he seguido mucho a Josemi Carmona y le he escuchado hacer mil versiones de una sola pieza. Él ha ido creciendo y los otros también. Por eso insisto en que este Ketama 2019 es y no es el Ketama de los 80, porque nada permanece estático durante quince años. Digamos que aquello fue el inicio de una revolución y esto es la última consecuencia…por el momento.
Lo que sigue es la intrahistoria de Ketama 2019
Josemi Carmona: Esto ha sido un reencuentro. Estábamos cada uno por nuestro lado y tras la grave enfermedad de mi primo Antonio un día nos dijo: “Me he dado cuenta de que la vida pasa muy rápido y la necesidad de hacer las cosas como uno las siente es necesario.” En un principio nos costó un poquito, porque es difícil, es como volver con una pareja. Costó, pero después que nos echamos a andar ya la cosa era más divertida. Tenemos una banda impresionante, estamos muy bien, yo termino uno de nuestros conciertos y me voy a dormir, cosa que no he hecho nunca, por la energía y la presión que uno echa ahí …Y luego está la reacción del público, eso es un regalo, un subidón total, a mí cada vez me da como un chute de adrenalina. La gente tiene un recuerdo muy bonito de nuestras canciones y lo bonito es que nosotros escuchamos y nos damos cuenta de que no han envejecido. Hay obras muy bonitas que no pasan con el tiempo y hay otras que persisten en el tiempo y se mantienen actuales
Teresa Fernández: De locos nada, estáis muy cuerdos, porque sois conscientes de que habéis creado un espectáculo para públicos mundiales, absolutamente exportable y que iba a tener éxito sí o sí.
JC: Bueno, no te creas, porque había pasado mucho tiempo. Teníamos esa esperanza, pero también teníamos la idea de que aquella gente ya es mayor, siempre hay una pequeña duda. Nosotros hacemos las cosas para nosotros.
TF: Pero pensando en el aspecto comercial del espectáculo
JC: A ver, se piensa en gustar a la gente, pero a partir de nuestro gusto. Si no nos gusta a nosotros, ¿a quién le va a gustar? Tiene que gustarnos mucho a nosotros para que a la gente le llegue lo bien que lo estamos pasando. Nosotros disfrutamos mucho, yo me lo paso muy bien. La banda es un bandón y suena de escándalo. Son como una familia, gente que conocemos de toda la vida, todos entregadísimos, todos tienen un nivel muy alto, son maestros.
TF: Cuando tu primo El Camborio mencionó a Vicente Carrillo me emocionó porque desde un rato antes yo estaba pensando en guitarras personalizadas.
JC: Vicente es un artista y además somos muy amigos. Pero mi guitarra de ayer iba enchufada con una metodología de Carlos Juan con una pastilla, pues al ser el sonido tan grande no podemos tocar con una guitarra a pelo. La pastilla entra dentro de la guitarra, no es su sonido natural, pero no queda otra. Y el mejor que hay es Carlos Juan que hace unas pastillas muy conseguidas. Tengo alguna guitarra de estudio de él y otra para tocar en directo sin pastilla y además de ser un amigo es una persona excelente.
TF: ¿Cómo habéis hecho el trabajo? ¿los tres primos en común o ha habido algún director que puedes haber sido tú…?
JC. Nosotros nos pusimos a trabajar en verano del año pasado y empezamos a hablar y a darle muchas vueltas, a buscar una persona que se ocupara de venderlo y de promocionarlo y pensamos en Juan Casero que es uno de los directores del festival y desde ahí empezamos a hacer esquemas, a tomarnos el pulso. Antonio se echó a llorar emocionadísimo. Yo quizá me he encargado más de la relación con los músicos, de los arreglos…pero esto está abierto a todos. A mi me gusta la coordinación de los escenarios. Antonio ya está haciendo un papel andando de esa manera suya tan espectacular. Quizá yo me ocupo un poco más de coordinar, pero eso no quiere decir que Antonio no entre porque él tiene calidad, es un músico como la copa de un pino, igual que Juan.
TF: Háblame del diseño de iluminación y sonido, me tiene fascinada
JC: Mira nosotros conocemos a mucha gente de luces y hay uno que está con muchísima gente que es Óscar Gómez de los Reyes, que tiene un ritmo y una música genial. Le llamé y le conté el proyecto. Lo bonito de esto es que la gente que vamos llamando se emociona, se acuerdan de nuestra música y entonces lo hacen con el corazón abierto, lo hacen con mucha energía. En el equipo hay mucha risa, mucha interacción entre nosotros. Hemos llevado al técnico de entonces, Juan Alegría y es un miembro más, un músico más.
TF: Pero si empezasteis en septiembre y habéis estrenado en febrero, es un récord
JC: No sé si en septiembre o en octubre. … Han sido meses de dedicación total y de muchísimas horas de trabajo. Ha estado Mikel Urdaneta que es el que ha hecho tomas de imagen con fotos y debates de cómo lo tenemos que presentar. Bocadillos en medio de nuestras caras para lanzar el mensaje de que cada uno somos uno y que la suma de los tres es Ketama. Hay pocas cosas dejadas al azar. Nos gusta intentar hacerlo bien. Sí que dejamos un espacio para la improvisación, porque si todo está al milímetro te aburres. Pero es verdad que es necesario que todo esté muy bien para que en ese espacio de improvisación puedas tirarte al barro.
TF: ¿Cómo se financia un proyecto como éste?
JC: Hicimos una gira con el grupo, no me acuerdo como lo llaman ahora, es para matarme. Ellos proponen en las redes sociales qué grupos quieren ver y si hay una respuesta del público ellos se meten. De esa manera con Juan Casero salieron no sé si doce o quince teatros, después sitios más grandes, que es donde estamos haciendo las galas. A partir de ahí nos pusimos con ello, ya sabíamos que la gente tenía mucho interés. Es otra manera de trabajar con la que se aprende mucho.
TF: ¿Porque os separasteis? ¿Tuvo que ver la marcha de Ray Heredia?
JC: Bueno, yo tenía doce años y tocaba alguna vez. Estaba El Camborio. Ray se separó del grupo porque quería hacer sus propios discos. Ahí entramos Antonio y yo como miembros oficiales.
TF: Cambios entre el Ketama de entonces y el de ahora
JC: Bueno, entonces nos dieron un premio en Londres de música étnica. Y a partir de ahí empezaron en España a escuchar ese nombre, hicimos un disco y ya empezamos a buscar nuestro sitio. Empezamos a rodar, a tener un éxito que no esperábamos. Fue por accidente. Hicimos un directo para buscar bolos y ahí saltó la liebre y así hasta ahora y muy contentos. Como ves ahora ha sido muy diferente.
TF: La verdad que fuisteis muy valientes en los 80 de dar ese salto desde el flamenco…
JC. Sí, pero en esos tiempos nosotros compaginábamos el flamenco con esto. Yo después de grabar el álbum Ketama me fui con flamenco puro a Estados Unidos donde estaban Farruco, Fernanda de Utrera, Manuela Carrasco, mi padre, Chocolate. Dejé de ser Ketama y he seguido haciendo flamenco a mi manera. Hemos tenido mucha suerte de poder hacer una música muy bonita, de poder saborear otras cosas. Y llega un momento en que tú ni te das cuenta de lo que estás haciendo, es como una luz que te llega y en nuestro caso es algo que te lleva a un lío y una vez ya en ese lío …
Soy autodidacta, he intentado aprender, siempre el oído por delante, escuchaba y lo aprendía antes de leerlo. Yo incluso con los anuncios de la tele, con seis años, cogía la guitarra y lo sacaba. Creo que el conservatorio es un buen complemento, pero no es la base para convertirte en un músico.