El tribunal Vassileostrovski de San Peterburgo ha condenado a siete años de colonia penitenciaria a la artista pictórica y música rusa Alexandra Skotchilenko, de 33 años, detenida en abril de 2022 por protestar contra la guerra en Ucrania.
Alexandra Skotchilenko fue detenida en marzo de 2022 cuando un cliente de un supermercado de San Petersburgo la denunció por sustituir las etiquetas de los preciosa de los productos por carteles contra la guerra como «Putin lleva 20 años mintiéndonos», «A consecuencia de sus mentiras justificamos una guerra y unas muertes insensatas».
Oficialmente, la condena ha sido por «difundir informaciones falsas», un cargo habitualmente usado contra los opositores al régimen ulraconservador y dictatorial de Vladimir Putin.
Según informaciones difundidas por la Agencia France-Presse que hoy publica la totalidad de la prensa francesa, Alexandra Skotchilenko padece una enfermedad intestinal crónica y un problema cardiaco congénito.
Durante las muchas horas que ha durado el juicio ni siquiera le han permitido disponer de una botella de agua, que podría aliviar sus molestias. «Si la envían a la cárcel será una catástrofe», declaró la madre de la condenada hace unas semanas.
Alexandra Skotchilenko se suma así a las decenas de personas, más o menos conocidas, a las que los jueces rusos envían a la cárcel por denunciar la invasión de Ucrania, un acontecimiento que ha estado seguido de un incremento de la represión en el país.
El mismo día, el antiguo ministro de Energía Vladimir Milov, quien se encuentra exiliado, fue condenado en ausencia a ocho años de cárcel por acusar al ejército ruso de cometer crímenes de guerra en Ucrania.
Apoyando a la condenada, una treintena de personas han asistido a la vista, entre ellas el realizador Alexandre Sokurov, de 72 años, un clásico del cine soviético autor de películas tan conocidas como «Fausto» o «El Arca rusa», quien ha declarado que estaba «apoyando a una persona pura».
Antes de la lectura de la sentencia, Skotchilenko se dirigió al tribunal diciendo: «Todo el muno sabe que no estáis juzgando a una terrorista. Tampoco juzgáis a una extremista, ni a una activista política. Juzgáis a una pacifista».
Abiertamente homosexual en un país que persigue «la propagamda LGTBI», la condenada dijo al tribunal que la severidad de la pena se debe al odio que siente la fiscalía por las minorías.
En un comunicado, Amnistía Internacional ha denunciado «un simulacro de proceso» considerando que el caso de Alexandra Skotchilenko «se ha convertido en sinónimo de la opresión absurda y cruel que sufren los rusos que se oponen abiertamente a la guerra».