Edward Mukiibi se vio obligado a trabajar en la agricultura en la escuela donde estudió en Uganda como penitencia por su mala conducta, pero en lugar de odiar el castigo, lo amó, especialmente cuando se dio cuenta de que la agricultura era el futuro de la buena comida, la salud y la riqueza, informa Busani Bafana (IPS) desde Bulawayo, Zimbabue.
Mukiibi es ahora un agricultor y emprendedor social de Uganda con la misión de demostrar que la agricultura sostenible es la base de toda fortuna y una solución para superar el hambre, el desempleo y la pérdida de biodiversidad. Es un defensor de la producción de alimentos basada en el uso de los recursos, el conocimiento y las tradiciones locales para promover diversos sistemas agrícolas.
Es miembro de Slow Food International (Comida Lenta Internacional), un movimiento mundial que aboga por la producción local de alimentos y la cocina tradicional.
En julio, Mukiibi fue nombrado a sus 36 años como nuevo presidente de Slow Food International en su octavo congreso internacional, celebrado en la localidad italiana de Pollenzo.
«Me siento bien y afortunado por este nombramiento y también feliz en nombre de Slow Food, que es un fuerte movimiento internacional de alimentos que se ha establecido no solo en el continente fundador de Europa sino en todo el mundo, por lo que ahora fue posible para la red encontrar líderes más capaces y entusiastas como yo», dijo Mukiibi a IPS durante una entrevista en línea.
Fundada en 1986 por Carlo Petrini, Slow Food International trabaja para cultivar una red mundial de comunidades locales y activistas que defienden la diversidad cultural y biológica. Promueve además la educación alimentaria y la transferencia de conocimientos y habilidades tradicionales.
Convencido del potencial sin explotar de la agricultura y la necesidad de hacer que esta actividad sea atractiva para los jóvenes, Mukiibi fundó el Desarrollo de Innovaciones en el Cultivo Escolar (DISC, en inglés). El proyecto trabaja con estudiantes y comunidades para cultivar una actitud positiva en los jóvenes hacia la agricultura y los alimentos producidos localmente.
Recordando que el setenta por ciento de la población en África tiene menos de cuarenta años, Mukiibi dijo que el continente tiene una gran generación joven que puede involucrarse en la agricultura.
El máximo dirigente de movimiento de la comida lenta también deploró la práctica en las escuelas donde se usaba la agricultura como castigo de la misma manera que en las prisiones los jóvenes delincuentes trabajan en granjas a gran escala como parte del castigo corporal.
Mukiibi también ha defendido el desarrollo de Slow Food Gardens (Huertos de Alimentos Lentos), un proyecto mundial que ha creado miles de espacios verdes para preservar la biodiversidad alimentaria africana y ayudar a las comunidades a acceder a alimentos nutritivos. Mukiibi ha creado huertos en más de mil escuelas en Uganda.
«Slow Food te brinda un panorama de 360 grados de los sistemas alimentarios porque cubre todo lo que transforma la manera en que cultivamos, comemos, comercializamos, procesamos y guardamos los alimentos», señaló Mukiibi, explicando que la comida lenta es un movimiento y una filosofía sobre alimentos razonables, nutritivos y aptos para el consumo.
IPS: ¿Qué es la comida lenta? ¿Es lo opuesto a la comida rápida?
Edward Mukiibi: El concepto de comida lenta conlleva una responsabilidad mayor que el significado literal y el opuesto directo de la comida rápida. Tiene más sentido cuando se combina con nuestra filosofía de comida nutritiva, apta para el consumo y justa para todos. El concepto significa ser responsable en todo lo que hacemos cuando se trata de alimentos, agricultura y el planeta. Al ser responsable de sus elecciones de alimentos, uno debe comer y producir alimentos que sean buenos para el medio ambiente y buenos para la cultura y las tradiciones de las personas que los protegen.
Otro aspecto de la comida lenta es la equidad. Necesitamos garantizar la equidad cuando se trata de transacciones. Apertura y transparencia cuando se trata de negociaciones y acuerdos de trabajo entre productores y consumidores, pero también una declaración de información y la verdadera identidad de los productores de los alimentos que comemos.
A veces, las personas no son justas, especialmente las grandes cadenas de alimentos, cuando venden alimentos producidos por pequeños productores, pero los etiquetan como producción propia. También debemos garantizar la justicia para los pequeños agricultores, la justicia para los pueblos indígenas y la justicia para el medio ambiente.
Slow Food es también un movimiento de actores y activistas. Somos un movimiento que involucra a todos los que piensan que necesitamos frenar urgentemente el cambio climático y la destrucción que la producción de alimentos está trayendo a este planeta. Necesitamos frenar las políticas que están en contra del equilibrio ambiental.
IPS: ¿Se pueden lograr alimentos razonables, nutritivos y aptos para el consumo? ¿Los consumidores de comida lenta ¿están alcanzando este objetivo?
EM: Históricamente, ha habido muchas actividades de producción de alimentos despiadadas y descuidadas y formas crueles de producción para el medio ambiente y para las personas que van a comer los alimentos.
Un sistema alimentario bueno, justo y apto para el consumo existe y es factible. Con todos los desafíos que estamos viendo, los conflictos, la crisis climática y la inseguridad alimentaria creada por el sistema alimentario mundial pueden revertirse si todos comprenden el concepto de comida lenta, cuyo objetivo es resolver los desafíos globales utilizando acciones locales y actividades desarrolladas por las comunidades locales.
Tenemos muchos ejemplos. Tantas comunidades en 160 países están tomando medidas positivas para regenerar el planeta… No es demasiado tarde para restaurarlo repensar cómo se producen los alimentos, cómo se manipulan y cómo se consumen los alimentos.
IPS: El cambio climático está afectando nuestra producción de alimentos. ¿Cómo aborda esto el movimiento Slow Food ?
EM: Slow Food está promoviendo enfoques regenerativos para la producción de alimentos, incluida la promoción de la agroecología, la construcción de sistemas agrícolas tradicionales basados en la agrosilvicultura y la preservación y protección de la biodiversidad alimentaria local y los ecosistemas frágiles.
No solo estamos hablando de cambio climático en las conferencias. Estamos actuando a través de las miles de comunidades que desarrollan actividades prácticas para promover la agroecología, la permacultura y los sistemas agrícolas tradicionales. En África contamos con tres mil quinientas huertas agroecológicas que han sido creadas y administradas en las escuelas.
IPS: Destaca el papel de Slow food en la protección de la biodiversidad. ¿Cómo y por qué?
EM: Tenemos la Fundación Slow Food para la Biodiversidad porque nos preocupa la velocidad a la que estamos perdiendo biodiversidad no solo en el campo sino también en nuestros platos, lo que hace que nuestra nutrición y nuestra dieta dependan de unos pocos productos muy controlados.
Estamos trabajando con cocineros para devolver la biodiversidad al plato. No es suficiente hablar. Tenemos que traer de vuelta lo que estamos perdiendo sobre la mesa y abrir el debate sobre la riqueza que estamos dejando ir.
Slow Food ha trabajado para crear cadenas de valor comunitarias en diferentes comunidades para proteger los productos alimenticios en riesgo de extinción. Significa compartir conocimientos sobre estos productos y que la comunidad se reúna para idear formas de proteger y promover estos productos alimenticios.