“La defensa, por la libertad”, documental sobre la lucha de la abogacía española por la democracia desde mediados de los años sesenta hasta 1978, está dirigido por Pilar Pérez Solano, ganadora de un Goya por su anterior producción, “Las maestras de la República”.
A pesar de que ya conocíamos la mayoría de las situaciones que nos cuenta esta película, con imágenes y testimonios de reconocidos profesionales de la abogacía española, se agradece siempre una vuelta de tuerca más a la memoria, ese fantasma que la derecha más recalcitrante –en fase de crecimiento exponencial- quiere destruir para seguir escribiendo la historia con los renglones torcidos de sus manipulaciones y mentiras.
Muchos de los abogados y abogadas progresistas, que en tiempos de la dictadura aparcaron sus diferencias ideológicas para defender a opositores al régimen y a trabajadores discriminados, expedientados y encarcelados, también conocieron la represión, persecución y detención en sus propias carnes.
Por el único delito de ejercer su profesión dignamente y defender los derechos fundamentales; algunos sufrieron tortura e incluso fueron asesinados (un momento de recuerdo a “los abogados de Atocha”, salvajemente agredidos y aniquilados por una extrema derecha con nombres y apellidos directamente relacionados con las esferas de poder de la dictadura, que ya llevaba unos años desaparecida oficialmente).
Junto con el resto de profesionales, trabajadores, estudiantes e intelectuales, los abogados –individualmente y como cuerpo colegiado- aportaron su grano de arena a la lucha para acabar con la dictadura franquista, conseguir la democracia y recuperar los derechos y libertades perdidos durante cuarenta años.
Con fotografía de Luis Jiménez Dafauce, “La Defensa, por la Libertad” es una película homenaje a una profesión que transmite un mensaje de unidad y concordia, dos virtudes de las que realmente andamos necesitados.