La distimia

Escribí hace tiempo sobre la depresión y hoy lo haré sobre un tipo leve de ese mal mental, que aflige a varios conocidos por problemas de salud, familiares o económicos.

Y también, por la difícil situación en que ha puesto al país el presidente López Obrador al afirmar que por encima de la ley están él y su dignidad.

Furioso por un artículo de Natalie Kitroeff, jefa de la corresponsalía del New York Times en México, el más influyente del mundo, la culpa de ser llamado narco-presidente.

Y hace mal, porque no afirmó que estuviera ligado al narco ni publicó nada que no se supiera.

Por su omisión o complicidad, los narcotraficantes se han extendido por todo el territorio nacional y han asesinado candidatos y pagado campañas.

Y en ese clima de ilegalidad y corrupción, no sería raro que algunos de sus cercanos pudieran haber recibido dinero de esos criminales.

Pero lejos de mantener la compostura que debiera como jefe de un Estado democrático, publicó el número celular de la periodista; violando con ello, la ley de privacidad de datos.

Y advirtiendo que si no le gusta estar expuesta, cambie el número porque «por encima de toda ley, está mi autoridad moral» y lo volverá a hacer, cada vez que «esté de por medio mi dignidad de presidente».

Sus palabras fueron censuradas por medio mundo, incluyendo la Casa Blanca, pero recibió el apoyo del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Y hablando de Maduro, ¿Alguien sabe qué hacían en Michoacán venezolanos armados que, según escribió Iris Velázquez para Reforma del 20 de febrero, enfrentaron a militares en Tumbiscatío?

La nota explica que dos de ellos murieron, uno fue hospitalizado y tres fueron detenidos con fusiles de asalto, cargadores, cartuchos útiles y una granada de fragmentación, y que son aliados de Los Viagras y autores de asesinatos, ataques con drones y extorsiones.

nino-con-mascota-bn-900x687 La distimia

En fin, volviendo al tema que trataré hoy, fue precisamente NYT el medio que publicó un reportaje de Christina Caron sobre la versión leve del trastorno depresivo persistente, que se llama distimia; término griego que significa «ánimo decaído», «malhumor» o «abatimiento».

Dura alrededor de dos años con distintos niveles de gravedad y pueden padecerla adultos, niños y adolescentes.

Caron entrevistó a varios expertos en el tema y Marnie Shanbhag, directora de consulta independiente de la Asociación Estadounidense de Psicología, explicó que suele diagnosticarse cuando se acude a terapia por problemas de estrés y se dice tener continua insensibilidad emocional; cuando nada importa.

Y como no noquea ni impide levantarse, bañarse o trabajar, como sucede con la depresión, Paul Appelbaum, profesor de psiquiatría de la Universidad de Columbia, indicó que este trastorno mental, que puede llevar al suicidio, está infradiagnosticado.

A su vez, el siquiatra Jessi Gold manifestó que es difícil convencer a quienes lo padecen «que no son los negativos de la familia o los que siempre están de mal humor», y recomendó a los que se sienten desmotivados, apáticos y sin interés por lo que antes disfrutaban, buscar ayuda y no limitarse a decir: «Así soy yo».

Para combatirlo, diversos especialistas recomiendan interactuar con animales, porque cambia la vida de manera positiva.

Y la Ciencia ha corroborado los efectos benéficos de esa conexión, porque disminuye los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés, y aumenta la liberación de oxitocina, serotonina y dopamina, hormonas de la felicidad, el equilibrio del estado de ánimo, la relajación y la toma de decisiones correctas.

Según los Servicios de Salud Mental de la Secretaría de Salud, sacar a pasear al perro y los ronroneos de los gatos, permiten ejercitarse, bajan la hipertensión y el riesgo de diversas enfermedades como la diabetes.

Y tienen efectos calmantes en el sistema cardiovascular, reduciendo de manera notable las enfermedades del corazón y mejorando la vida social, sobre todo de personas tímidas o introvertidas, porque es un buen punto de partida para relacionarse con otras personas a las que gusten los animales.

Además, la exposición constante a las bacterias y alérgenos de las mascotas ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, al aumentar la diversidad microbiana del cuerpo humano.

Investigaciones de la UNAM mencionaron, entre los beneficios que aporta a los niños crecer con una mascota, que les amplía su mundo y enseña a ser responsables, al tener que estar pendientes de su cuidado y entrenamiento.

Les estimula la mente al tratar de adivinar el significado de los ladridos y enseñarles trucos y comportamientos y les disminuye la ansiedad, creando mejores condiciones mentales para enfrentar la vida y sus problemas y desafíos.

Teresa Gurza
Periodista. Soy mexicana, estudié la carrera de Historia y soy Locutora, Cronista y Comentarista y Licenciada en Periodismo, pero ante todo reportera. Me inicié en televisión en 1970 y fui reportera, conductora y productora de programas noticiosos; reportera de asuntos especiales de los diarios El Día, UnomásUno y La Jornada, y corresponsal en la Unión Soviética, Checoslovaquia y Michoacán. Por razones familiares, mi marido era chileno, viví en Chile más una década. He recibido muchos premios y reconocimientos, entre ellos el Nacional de Periodismo en Reportaje y ahora radico en México y escribo artículos para Periodistas en Español y otros medios.

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