El superchorizo de Caja Madrid se quería casar con su churri. Será al final cierto porque le sacarán cuando pague lo que le han pedido. Esto es España, recuerden. El del porte elegante con los bolsillos llenos y habiendo llevado a la quiebra a las personas humildes, el tal Blesa, pretende recopilar la pasta para seguir durmiendo en un flex. Ha compartido los olores de la cárcel; esos que procuro con cierta aquiescencia el otro banquero harto ya de andar por la vida, el tal Mario Conde. Ese lugar al que llegó también el de Marsans o de la CEOE, según quiera usted. Esos, los chorizos, que junto con Cachuli y el resto de los pájaros hacen de su nido su modus vivendi. La corrupción española sigue dando titulares y aquí el que no ha robado, tenía pensado robar y mientras tanto, su avaricia rompió el saco. Y nuestros jóvenes leen y viven en un país llamado al fracaso porque esto es una mierda que cada vez huele más; lo único es que nadie devuelve lo que ha robado y sigue en la vida como si tal cosa. Eso sí, si usted no paga una multa le quitan hasta la pelusa de debajo del colchón.
En otro orden de chorizos tenemos al pavo al que le han rebajado la cuota; ya saben, el hombre de la pelota; ese que tenía las pelotas metidas hasta la portería, el yerno… Unos 6.8 millones de euros, total na mientras su suegro, el Rey de la España de charanga y pandereta deja la fortuna del Fortuna amarrada en el puerto. Al final, ha podido el pueblo que se queja de los desperfectos que ha hecho el monarca entrando como un elefante en una cacharrería. No hablemos de elefantes que nombramos a la bicha.
El país en el que usted vive no es otro que uno que convive con personas cuya ética y moral ha sido siempre cuestionada. Porque aquí todos han robado y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Bárcenas, otro que tal baila, amenaza a los barones, a las gentes del PP con sacar de la manga la caja B. Esa que firmaban todos al recibir 25.000 euros porque tú lo vales. Y el que más callado dice que debe estar es Gallardón. Actual ministro de justicia. Aquí hay algo que no encaja.
En otro orden de cosas, en la educación de los que empujan el carro, Wert, aprueba su ley para tener más de lo mismo; es decir, jóvenes preparados, otros con cinco idiomas pero sin manejarse en castellano y mucho analfabeto suelto porque se trata de que me aprueben aunque no sepa ni dónde está el Pisuerga. Saber que este río forma parte de un refrán en ocasiones es bueno porque ya que pasa por Valladolid, de paso, meto la mano en la caja como aquel de enfrente. Y aquí, que esa lección si la hemos aprendido, no pasa nada porque es España.
Es curioso que en este país se gasta alrededor de 16.000 euros en mantener a un chorizo y unos 13.000 a un padre de familia en paro. El chorizo pasa unos ocho años en la cárcel. Un buen colchón, comida de primera, televisión, ordenador, whastapp, visitas, estudios, en fin, no sé si hacer algo para entrar en Soto y que me haga un hueco Blesa, Marsans Boy y los últimos de la fila. Un padre en paro, tiene solamente dos años para reinventarse porque el INEM no le conseguirá un empleo. Tras estos días que pasan como un suspiro a la calle y a ver si te dan los 400 para comprar pasta y arroz.
Mario Conde aún debe y va a pagar con una finquita que tiene en Sevilla, veinte millones de euros. La ley del menos no ha sido reformada y hoy celebramos que a Sandra Palo la dieron un palo y no pasó nada. Tampoco pasa nada en ese área. Los chicos que matan son reinsertados, no se les juzga y encima se los protege.
Yo no entiendo nada y tampoco entiendo cómo sigue sin pasar nada. Rajoy está muy entretenido ajustando lo que la falta para que Merkel no le de en el culo así que podría delegar para que las fortunas se repartieran mejor y no tuviéramos a Cáritas dando de comer a toda España. Menos mal que la Iglesia responde.
Alguien tenía que hacer el bien y dejar la fortuna para los chorizos.