El Observatorio de la Masofobia de la Gran Logia de España denuncia en un comunicado la publicación en ABC de un artículo a toda página que alude a una operación policial en Italia en la que han sido detenidas veinticuatro personas “entre ellas políticos, funcionarios, gestores de diversos entes de formación profesional y policías que pertenecían a una logia supersecreta de Castelvetrano, infiltrada por mafiosos”.
Señala el Observatorio que el diario ilustra la información con una gran foto del Gran Maestro del Grande Oriente de Italia, pero «no dedica una sola línea a recoger lo que el Grande Oriente de Italia ha dicho sobre esta operación: que ninguno de los detenidos es miembro del Gran Oriente de Italia y que, como ha hecho el diario ABC, se impulsa la etiqueta genérica de masonería para enmarcar estos hechos por quienes quieren promover la masofobia en Italia».
Según Oscar de Alfonso Ortega, gran maestro de la Gran Logia de España-Grande Oriente Español, «los ojos de los millones de masones del mundo entero están puestos ahora mismo en Italia» porque «por primera vez desde los totalitarismos que sufrimos hace un siglo, el odio a la masonería avanza en un país democrático de Europa».
Cita en apoyo de sus argumentos que en Italia, desde algunos partidos políticos y el propio Gobierno «se requisan sus censos, se impulsan leyes para marcar públicamente a los miembros en algunas regiones, se realizan grandes declaraciones criminalizando la pertenencia».
Oscar de Alfonso reconoce que la lucha contra la mafia está justificada por ser «una lacra criminal capaz de infiltrarse en todo tipo de asociaciones, sindicatos, partidos o instituciones», pero se pregunta por qué solo se requisan los censos de la masonería o se marca públicamente a los masones.
Sostiene que «la idea de que no hay diferencia entre masonería y mafia planea en el artículo de ABC» y reflexiona que aunque «es muy probable que algún mafioso haya conseguido infiltrarse en una asociación honorable como la masonería, al igual que lo habrá hecho en la curia, la judicatura, los ayuntamientos, las hermandades de Semana Santa o los carabineros, eso no implica que la naturaleza de ninguna de estas instituciones sea criminal».
Y añade que «esa asimilación del enemigo nacional y la masonería -mafia hoy en Italia, judíos y rojos ayer en España- vertebra la masofobia de quienes impulsan el pensamiento único. Esa asimilación es la que recorre, lamentablemente, el artículo publicado por ABC».
Concluye Osar de Alfonso que «el odio a la Masonería no es nuevo. Como institución que promueve la tolerancia y el librepensamiento, ha sido una constante desde su fundación hace más de trescientos años. Las páginas del diario ABC, de dilatada historia, han sido vehículo de este odio al masón en momentos totalitarios en lo político o integristas en lo religioso de nuestra historia española del siglo XX. Lamentablemente, la historia se repite».