Con ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa, Reporteros sin Fronteras publica una lista de 39 depredadores de la libertad de información.
Jefes de Estado, políticos, jefes religiosos, milicias y organizaciones criminales que censuran, encarcelan, secuestran, torturan y, en ocasiones, asesinan a periodistas y otros actores de la información. Poderosos, peligrosos, violentos, estos de predadores consideran que están por encima de la ley.
“Estos depredadores de la libertad de información son responsables de las peores exacciones cometidas contra los medios de comunicación y sus representantes. Sus acciones son cada vez más eficaces: 2012 fue un año históricamente violento para los actores de la información, con un número récord de periodistas asesinados”, deploró Christophe Deloire, secretario general de Reporteros sin Fronteras (RSF). “El Día Mundial de la Libertad de Prensa, creado a iniciativa de Reporteros sin Fronteras, debe ser la ocasión para rendir homenaje a todos los periodistas –profesionales y amateurs– que pagan con su vida, su integridad física o su libertad, su compromiso a favor de la información, así como para denunciar la impunidad de la que gozan estos predadores”, agregó.
Cinco nuevos depredadores se añaden a la lista: el nuevo presidente chino Xi Jinping, el grupo yihadista sirio Jabhat Al-Nosra, el partido de los Hermanos Musulmanes en Egipto, los grupos armados baluches de Pakistán y los extremistas religiosos de las Maldivas. Cuatro depredadores desaparecen de la lista: el exministro de Información, Correos y Telecomunicaciones de Somalia, Abdulkadir Hussein Mohamed; Thein Sein, presidente de Birmania, país que vive una apertura sin precedentes pese a su situación de inestabilidad; el grupo ETA, así como las fuerzas de seguridad de Hamás y de la Autoridad Palestina, cuyas exacciones contra los medios de comunicación ha disminuido de forma considerable.
Para denunciar mejor a los depredadores, RSF formula actos de acusación con la esperanza de que un día estos grupos o individuos sean obligados a rendir cuentas ante la justicia. Para poner en evidencia la diferencia que existe entre su discurso de propaganda y la realidad, se confrontan sus aserciones oficiales con los hechos. Para demostrar sus verdaderas intensiones, Reporteros sin Fronteras intenta penetrar en su mente y presentar sus pensamientos en un estilo directo, en primera persona. La organización redacta libremente sus declaraciones, mas los hechos mencionados corresponden a la realidad.
Nuevos nombres en la lista de depredadores
Un depredador remplaza a otro: Xi Jinping toma sin sorpresa el lugar del expresidente chino Hu Jintao. El cambio de individuo no pone en duda el sistema liberticida sostenido por el Partido Comunista chino.
En la lista de depredadores también se reflejan las repercusiones de las primaveras árabes y de los movimientos de revuelta populares. El Partido de los Hermanos Musulmanes en Egipto ha sido responsable de actos de agresión, presiones y acoso contra los medios de comunicación independientes y los periodistas críticos del partido del presidente Morsi.
El que se incluya a Jabhat Al-Nosra en la lista muestra la evolución del conflicto sirio y el hecho de que las exacciones ya no sólo provienen del régimen –representado en la lista de depredadores por Bashar al-Assad– sino también de grupos armados cercanos a la oposición, que se vuelven cada vez más intolerantes y suspicaces frente a los medios de comunicación. Del 15 de marzo de 2011 al 3 de mayo de 2013, al menos 23 periodistas y 58 periodistas ciudadanos fueron asesinados. A la fecha, aún se encuentran desaparecidos 7 periodistas.
En Pakistán, los grupos armados Balochistan Liberation Army (BLA), Baluch Liberation Front (BLF) y Musallah Defa hacen de Beluchistán una de las regiones más peligrosas del mundo para los periodistas. Han sembrado el terror en los medios de comunicación, asesinado a periodistas y creado hoyos negros de la información. Los servicios de inteligencia pakistaníes, también responsables de exacciones contra la prensa, ya se encuentran en la lista de depredadores.
En las Maldivas, desde el motín policial de 2012 que derrocó al presidente Mohamed Nasheed, los grupos religiosos extremistas intentan usar su fuerza dañina para extender su influencia en el país. Ante la cercanía de las elecciones presidenciales de julio de 2013 han endurecido su posición: intimidan a los medios de comunicación y a los blogueros e instrumentalizan la libertad de expresión para imponer una agenda religiosa, impidiendo que esta libertad llegue a otros.
Depredadores que gozan de una impunidad intolerable
Los asesinatos de periodistas y las agresiones que estos padecen se saldan generalmente con una impunidad total de los responsables. Esto es un aliciente para que los depredadores continúen cometiendo violaciones a los derechos humanos y a la libertad de información. Los 34 depredadores que ya se encontraban en la lista de 2012 siguen pisoteando la libertad de información en medio del más completo desdén y de la indiferencia general.
Los dirigentes de regímenes dictatoriales y de los países más cerrados pasan sus días tranquilos, mientras que la prensa y los actores de la información se ahogan o ya han sido erradicados. Es el caso de Kim Jong-un en Corea del Norte, de Issaias Afeworki en Eritrea o de Gurbanguly Berdymukhamedov en Turkmenistán. Para estos países, así como para Bielorrusia, Vietnam, Eritrea y otras dictaduras de Asia Central (Uzbekistán a la cabeza), el silencio de la comunidad internacional es más que culpable, es cómplice. Reporteros sin Fronteras pide a los Estados más respetuosos de los derechos humanos que no se escondan más detrás de intereses económicos y geopolíticos. Seguros de recursos naturales, Iliam Aliev en Azerbaiyán, y Nursultan Nazarbayev en Kazajistán saben pertinentemente que nadie irá a jalarles las orejas. Los intereses económicos se anteponen a todo, como sucede con China. Ocurre lo mismo con los Estados ‘estratégicos’ para los países occidentales.
Los dos depredadores iraníes –el presidente Mahmud Ahmadinejad y el guía supremo de la República Islámica, Alí Jamenei– ya están tomando medidas para disuadir a los medios de comunicación de llevar a cabo una cobertura independiente de la elección presidencial del 14 de junio de 2014. Lo demuestran las olas de arrestos de periodistas y de detenciones preventivas registradas desde el domingo negro del 27 de enero de 2013.
Las organizaciones criminales o paramilitares, con frecuencia ligadas al narcotráfico –los Zetas en México, los Urabeños en Colombia o las mafias en Italia–, continúan tomando como blanco a los periodistas y a los medios de comunicación que consideran demasiado curiosos, demasiado independientes, a menudo hostiles. En México, país particularmente mortífero para los periodistas, desde el año 2000 han sido asesinados 86 periodistas y 18 se encuentran desaparecidos. No se ha hecho justicia realmente en ninguno de estos casos.
Rusia vive una vuelta de tuerca represiva tras el regreso a la presidencia de Vladimir Putin, en respuesta a una movilización de la oposición sin precedentes. El país sigue marcado por la intolerable impunidad de la que gozan numerosos asesinos y agresores de periodistas. Desde el año 2000 se han registrado al menos 29 casos de periodistas asesinados, en los que el crimen tenía relación directa con su actividad profesional. Entre ellos se encuentra el de la periodista Anna Politkoskaïa.
¿Por qué los depredadores escapan de la justicia?
La persistencia del alto nivel de impunidad no se debe a que existan lagunas jurídicas. Existen normas y mecanismos para proteger a los periodistas en el ejercicio de su profesión. La protección de los periodistas y de otros actores mediáticos incumbe en primer lugar a los Estados, como recuerda la Resolución 1738 relativa a la seguridad de los periodistas, adoptada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2006. Sin embargo, con gran frecuencia los Estados son endebles, ya sea por falta de voluntad política para reprimir tales acciones, porque no cuentan con un aparato judicial o éste se encuentra debilitado, incluso porque las mismas autoridades son responsables de estas exacciones. La creación de un mecanismo que controle el respeto y seguimiento de la Resolución 1738 por parte de los Estados miembros de las Naciones Unidas, propuesto por Reporteros sin Fronteras, incitaría a los Estados a adoptar disposiciones penales específicas que permitan castigar los crímenes, las agresiones y las desapariciones de periodistas, ampliar las obligaciones de los Estados frente a los actores de la información (aunque no sean profesionales), así como reforzar la lucha contra la impunidad.
A nivel internacional, la protección jurídica de periodistas también está garantizada por la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los Convenios de Ginebra, entre otros documentos. Las Naciones Unidas publicaron recientemente un Plan de Acción sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad.
Desafortunadamente, la creación de la Corte Penal Internacional (CPI) no ha permitido avanzar la lucha contra la impunidad de los autores de los crímenes más graves cometidos contra los periodistas, pese a su papel fundamental de información y de alerta en los conflictos armados internos e internacionales. La CPI sólo posee competencias cuando los hechos ocurrieron en el territorio de un Estado que forma parte de ella o si la persona acusada del crimen pertenece a uno de los países miembros. Por otra parte, el Estatuto de Roma (instrumento constitutivo de la CPI) no contempla ningún cargo específico por los ataques deliberados a periodistas. Se requiere una enmienda al artículo 8 para que los ataques deliberados contra los profesionales de los medios de comunicación sean considerados como crímenes de guerra.
Las personalidades y los movimientos que salen de la lista de predadores
Abdulkadir Hussein Mohamed
Este político somalí, apodado “Jahweyn», dejó su puesto de Ministro de Información, Correos y Telecomunicaciones. Su sucesor no parece directamente responsable de presiones, intimidaciones ni exacciones contra la prensa. Cierto, el ejercicio del oficio de informar sigue siendo muy peligroso en Somalia (donde se registraron 18 asesinatos en 2012).
El presidente birmano Thein Sein
En el poder desde marzo de 2011, Thein Sein ya no merece ser considerado un depredador de la libertad de información. Bajo su presidencia se disolvió la junta militar y fueron puestos en libertad todos los periodistas y blogueros que se encontraban encarcelados, incluidos los 17 videoperiodistas de la Democratic Voice of Burma. En 2012 se abolió la censura previa y regresaron numerosos medios de comunicación que se encontraban en el exilio. Los primeros diarios privados aparecieron a inicios de 2013.
Las fuerzas de seguridad de Hamás y de la Autoridad Palestina
Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina en Cisjordania y las del gobierno de Hamás en Gaza salen este año de la lista de depredadores. El número de violaciones a la libertad de información que han cometido han disminuido considerablemente en los últimos cuatro años. No obstante, la situación de la libertad de información sigue siendo preocupante en Cisjordania y en Gaza. El gobierno de Hamás prohibió recientemente a los periodistas gazatíes toda colaboración con los medios de comunicación israelíes y son numerosos los procesos emprendidos por insulto a la persona del presidente Mahmud Abbas.
ETA
En 2013 la organización desapareció de la lista de depredadores. En efecto, ETA anunció en 2011 el “cese definitivo de la actividad armada» y desde entonces no ha cometido atentados contra periodistas o medios de comunicación. Naturalmente, Reporteros sin Fronteras no olvida a los periodistas asesinados o agredidos por ETA y sigue pidiendo que se haga justicia por los crímenes cometidos.