La mala educación

La ignorancia es una de las consecuencias de la mala educación, la más malvada y la más perversa. Es penosa la que demuestran con su desprecio a la libertad de información esas  estudiantes que taparon el objetivo de una cámara que grababa sus tropelías en Barcelona

Dos estudiantes corren para tapar el objetivo de una cámara de Cuatro

Quienes así se comportan desconocen que ese tipo de actuación, al igual que las barricadas en las entradas de los centros educativos y otras formas de violencia a favor de secundar la huelga contra la ley Wert no les añade un ápice de razón.

En nada empaña esas acciones al origen y legitimidad de las protestas, pero pone de manifiesto el fracaso que supone la educación de estos elementos que se comportan de la misma manera que quienes dicen combatir.

Quienes acusan al Gobierno de llevar a cabo una reforma ideológica no se equivocan en el planteamiento, yerran en presentarlo como un elemento que minusvalora la decisión del PP. ¿Acaso quienes defendemos distinto no partimos también de una postura ideológica, aunque sea muy distinta a la parlamentariamente mayoritaria?

Pero la ideología también se pone de manifiesto cuando se protesta contra la ley Wert. Cuando esos hechos, como es intentar ocultar una acción vandálica, como es una pintada en una fachada de un establecimiento público , tapando el objetivo de una cámara de televisión (aquí se puede ver en Noticias Cuatro 14 h del 24 de octubre), está más cerca de lo que se dice atacar que de lo que se afirma defender, nos encontramos ante un acto de mala educación, la que no han recibido estas estudiantes para saber respetar el derecho a la libertad de información, que en el caso de un incidente como el que protagonizaban, entraba además ya en el deber de informar.

Una mano mal educada tapa el objetivo de Cuatro

Si quienes dicen defender el progreso de una educación de calidad, pública y para todas las personas, sin discriminación alguna, se comportan igual que quienes apoyan lo contrario, lo mismo es que no saben distinguir entre una cosa y otra.

Afortunadamente, hubo muchísimos miles de personas más que respetaron el trabajo que los periodistas que quienes se dedicaron a tapar objetivos para que no grabasen sus gamberradas. Afortunadamente, se demostró que en España hay mucha más buena educación que mala, y no gracias, precisamente, a quienes piensan como el ministro Wert.

@alvarovegacid

www.alvarovega.es

Álvaro Vega
Álvaro Vega (Córdoba, España, 1963) es periodista de la Agencia EFE, actualmente en excedencia por su pertenencia desde mayo de 2008 al Consejo de Administración de la Agencia Pública Empresarial de la Radio y Televisión de Andalucía (RTVA), que gestiona todos los soportes de Canal Sur, y forma parte de la junta directiva de la Sección Española de Reporteros Sin Fronteras (RSF) desde junio de 2011. Es autor de cinco libros, cuatro ensayos ("Palacio Portocarrero. Baluarte del Renacimiento en Palma del Río", "El pato que se hizo andaluz", "El papel de la prensa en Córdoba durante la II República" y "Provincializar no existe, pero funciona") y una una novela, "El letargo de Abudia". www.alvarovega.es

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