La máquina del fango en los medios

Al interesante programa de Salvados, en su edición del pasado domingo dedicada a «La máquina del fango», le faltó mayor profundidad en el análisis sociológico del tema, a pesar de haber contado con el concurso de dos expertos en comunicación de la talla de Umberto Eco y Manuel Castells.

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Toma del programa La máquina del fango

Creo que por la concisión de estas dos entrevistas no se trató el asunto con la hondura que requería. Hubiera hecho bien Évole, en mi modesta opinión, en dedicarle al fango mediático un par de ediciones, no sólo por la densidad del tema sino por su vigencia ahora, en tiempo preelectoral, tan dado a salpicaduras de este tipo.

Contó además Jordi Évole para debatir sobre el tema con la colaboración de los representantes de dos periódicos, El Mundo y La Razón, que tienen en su haber casos que pueden incluirse en la aludida máquina, aunque tanto el exdirector del primer diario como la subdirectora del segundo pusieron todo su empeño en negarlo. Casimiro García-Abadillo, con el caso de Xavier Trías, exalcalde de Barcelona, por una cuenta en Suiza de casi 13 millones de euros que al final resultó no ser suya, y Pilar Gómez, con las supuestas vacaciones dispendiosas de la alcaldesa de Madrid, Manuel Carmena, que tampoco lo fueron.

A la subdirectora del diario La Razón también se le recordó el caso de Tania Sánchez, a propósito de un titular que salpicaba al padre de la diputada de Izquierda Unida con referencia a un supuesto piso de protección oficial con piscina. Dicha información, publicada en portada, fue desmentida dos días después por el periódico con un espacio minúsculo en las páginas de opinión.

No hubo en la convocatoria de Évole ningún representante del diario El País para responder de las informaciones falsas publicadas con respecto al currículum académico del profesor Juan Carlos Monedero, y el exdirector del diario El Mundo se manifestó con suma torpeza y falta de ecuanimidad a la hora de justificar las cuatro o cinco portadas que dedicó al supuesto y luego falso fraude fiscal del cofundador de Podemos, que no tuvo reparo en calificar de mala prensa aquella que no merece la confianza de los ciudadanos, tal como ocurre con la española, a la cola en credibilidad con relación a las de otros países de nuestro entorno.

Ni García-Abadillo ni Pilar-Gómez se sintieron aludidos por ese informe del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, de la Universidad de Oxford, según el cual España es el segundo país de los estudiados con menor credibilidad mediática. En Europa se han analizado ocho países y los medios españoles están a la cola en cuanto a la confianza que merecen a sus lectores.

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