El Oriente, órgano de comunicación de la Gran Logia de España, informa de que «la masofobia más delirante ha pasado a formar parte de los ejes de la trama de la serie Al-Nihaya (El fin)», rodada en Egipto, uno de los veintitrés países en el mundo «donde una respetable logia masónica no podría levantar hoy sus columnas».
Un capítulo de la primera serie de ciencia ficción producida en Egipto, vertebrada en torno a la destrucción del Estado de Israel, se centra en la Masonería, a la que describe como una institución que persigue destruir el mundo.
La masofobia de la serie está provocando un debate dentro del propio país sobre qué es, en realidad, la Masonería.
Una voces más influyentes es la del prestigioso crítico cinematográfico Tarek El Shennawi: «el problema de la serie es que tomó una vaga definición de la masonería, y comenzó a construir sobre ella con hostilidad y ataque», declaró al Egipt Independent.
Los medios Egipcios recuerdan estos días que la realidad es mucho más compleja.
El país tuvo, durante más de un siglo, logias masónicas amparadas por la ley y que figuras veneradas en el mundo islámico, como Jamal Eddin al-Afgani, quien recorrió el mundo durante la segunda mitad del siglo diecinueve intentando conseguir la unidad de la comunidad musulmana, se iniciaron en la Masonería. En efecto, sus últimas palabras, en las que se reconoce cualquier masón, fueron: «Me gustaría sustituir la arbitrariedad por la ley, la tiranía por la justicia, y el fanatismo por la tolerancia».
La Masonería tiene fuertes vínculos con Egipto. Los masones del siglo diecinueve buscaron en en este país signos de la antigüedad de sus misterios. La historia moderna de la Masonería en Egipto arranca en 1865, cuando la Logia Bulwer número 1068 de la Gran Logia Unida de Inglaterra levantó sus columnas.
Todo comenzó a cambiar después la Segunda Guerra Mundial. Las pérdidas de Egipto en la primera guerra árabe-israelí de 1948 llevaron a la proclamación de la República, un nuevo régimen en el que la Masonería comenzó a ser calificada como una organización sionista, siguiendo la misma línea de pensamiento del contubernio judeo masónico de Francisco Franco o el texto Mein Kampf de Adolf Hitler que llevó a la persecución del la Masonería por el III Reich.
Aunque cesó su actividad en los años cincuenta por la presión a la que fue sometida, la Masonería fue oficialmente prohibida en Egipto en 1964 y condenada en 1978 por la Universidad de al-Azhar de El Cairo, cuyos edictos rigen el mundo islámico sunita.
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