La portavoz del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, dice que están consternados por la severa crisis financiera que enfrenta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que depende de la OEA, ya que si no recibe los fondos necesarios en las próximas semanas, “la capacidad del sistema regional para responder a las víctimas de las Américas se verá seriamente disminuida”.
Según Ravina Shamdasani, la labor de la CIDH como agente de cambios constitucionales, legislativos y de políticas públicas, ha tenido un fuerte impacto en los derechos humanos en toda América: “es un recurso vital para las víctimas de violaciones a los derechos humanos en la región, y ha jugado un papel significativo en la defensa de los derechos de grupos vulnerables”.
La Comisión es también un socio estratégico de las Oficinas de Derechos Humanos de la ONU, y un punto de referencia para el desarrollo de estándares de derechos humanos a nivel mundial. Sin embargo, en los últimos años, la organización ha tenido que hacer frente a presiones indebidas por parte de algunos Estados.
Por ello, Shamdasani insta a los Estados para reafirmar su compromiso con los derechos humanos, aportando a la Comisión los recursos requeridos para que pueda cumplir con su crucial mandato y para fortalecer a esta institución clave: “la robusta defensa de derechos humanos por parte de la Comisión en la región debería ser alentada, no castigada”.