La presbiacusia, (pérdida auditiva provocada por el deterioro del oído), puede aumentar en los ancianos el riesgo de depresión producido por el aislamiento social que les sugiere esta circunstancia. Esto junto con la demencia senil que pueden comenzar a padecer hace que no sean tratados convenientemente cuando son diagnosticado.
“No podemos olvidar que cuanto mayor es la edad de los individuos, mayor es la perdida de la sensibilidad auditiva, lo que genera importantes deterioros en la discriminación del lenguaje, sobre todo en presencia de ruido”
Abordar la enfermedad desde un aspecto global por un geriatra sería la solución cuando se detecta una audición deficiente. Un audífono es necesario para permitir a la persona detectar y procesar los estímulos en lugar de obviarlos y no enfrentarse a su pérdida.
Es un estudio publicado recientemente, se considera que los audífonos adaptados a las necesidades individuales de cada persona mejoran su calidad de vida y por tanto su integración social, de forma que esta no se aísle y por tanto, evite cuadros depresivos o neurológicos que pueden desencadenarse a tal efecto. La adaptación con audífonos disminuye la percepción de los acúfenos (oír sonidos inexistentes en el entorno, generalmente conocidos como silbidos) y es uno de los mejores tratamientos para quienes los sufran y cursen, a su vez, una pérdida auditiva. El contraste con la amplificación de sonidos ambientales reduce la molestia que provocan estos acúfenos, mejora el funcionamiento de las neuronas vinculadas a la audición y ayuda a prevenir el déficit cognitivo en individuos con audición disminuida.
Los problemas auditivos de los adultos mayores se complican cada año por la pérdida progresiva de las funciones cognitivas de la memoria, la atención y la velocidad del procesamiento mental que afectan necesariamente a la vida cotidiana. Por ello, es importante que el paciente permanezca activo, haga sudokus, crucigramas, juegue a las cartas, al dominó y a todas aquellas cosas que le hagan memorizar y mantener activa la función cerebral.
Es normal empezar a ver personas jóvenes que tienen hipoacusia moderada o severa y rechazan el uso de audífonos para no demostrar su discapacidad lo que genera otros problemas que tienen que ver con la discriminación, el aislamiento y la tristeza porque viven permanentemente aislados del resto. Pedir ayuda, reconocer el problema y utilizar la tecnología y los audífonos mejorará necesariamente la calidad de vida del paciente, sea o no joven. Oír es fundamental para vivir y no caer en una depresión que nos aisle más del mundo.