Con edición de José Esteban e Isabelo Herreros, cuyo conocimiento sobre la literatura y el periodismo de ese periodo nos constan, la editorial Renacimiento ha puesto en la calle en su excelente Biblioteca del Exilio una obra significativamente valiosa de uno de los periodistas con mayor reconocimiento en ese periodo: Arturo Mori Salas (1888-1953), militante de la UGT y de la Unión Republicana.
De Arturo Mori dice Rafael Cansinos Assens en su imprescindible Novela de un literato que era un «catalán moreno de hablar agitanado, ceceante, que tiene una pluma tan fácil, fecunda y gárrula como la de Fabián Vidal, y un dinamismo de ardilla. Arturo Mori escribe de todo y está en todas partes, en el Congreso, en Teléfonos, siempre atareado, inquiriendo noticias, pidiéndolas y dándolas». En su ciudad natal (Barcelona) dirigió El Intransigente, y en Madrid fue redactor de El País y El Liberal.
Publicó varias obras teatrales y ejerció también como crítico, al parecer muy estimado dentro del gremio. El dinamismo que le asigna Cansinos parece ser cierto: además de escribir en la prensa con una asiduidad desconcertante, tradujo al español obras del francés y del catalán
Ciertamente, aunque La prensa española durante la segunda República no pretende ser una historia exhaustiva del periodismo en esa época, tan pródiga en publicaciones como quizá ninguna otra en la historia de este país, se puede asegurar que se trata de una obra fundamental para su conocimiento entre los primeros años del siglo XX y el final de la Guerra de España. Abarca, por lo tanto, no sólo los ocho años de la segunda República sino parte de la Restauración y la dictadura de Primo de Rivera.
Lo que Mori nos ofrece es una larga crónica contada desde la propia experiencia personal, con todas las vivencias y recuerdos que a lo largo de su ejercicio profesional ha ido acumulando. Tiene por lo tanto este libro un marcado carácter autobiográfico, que en algún momento podría semejarse a una escenificación de la vida periodística -por aquello de ser Mori autor y crítico teatral-, vida que tan bien conoció quien sería en 1909 el fundador de la Asociación de la Prensa de Barcelona.
Arturo Mori se vio obligado al final de la guerra a tomar el camino del exilio, rumbo a México, a bordo del buque Ipanema en julio de 1939. Mori estaba en posesión de la Legión de Honor, concedida por el gobierno de Francia por sus crónicas durante la llamada Gran Guerra, y entre sus grandes obras consta la impresionante e impagable Crónica de las Cortes Constituyentes de la segunda República, nada menos que trece tomos en los que se incluyen los debates y la obra legislativa del primer bienio republicano.
También merece destacarse la labor solidaria llevada a cabo por Mori en México con la fundación en 1942 de la Agrupación Profesional de Periodistas y Escritores Españoles en el Exilio, entre cuyos fines estaba el apoyo a los colegas que habían sido fusilados y encarcelados en España durante la dictadura.