Mientras en Rusia la madre de Alexei Navalny ha presentado, ante un tribunal del Gran Norte, una denuncia para conseguir que le devuelvan el cuerpo de su hijo –denuncia que será examinada, en una vista a puerta cerrada el próximo lunes 4 de marzo en Salekhard, la ciudad más cercana a la colonia penitenciaria del Ártico donde Navalny cumplía una condena de 19 años, y donde falleció el 16 de febrero pasado- en San Francisco (California, Estados Unidos), la viuda del opositor, Yulia Navalnaia, de 47 años, recibía, junto a su hija Dasha, estudiante en la Universidad de Stanford de 23 años, un fuerte abrazo y las condolencias del presidente estadounidense, Joe Biden, quien ha responsabilizado a Putin de la muerte del opositor y ha anunciado, como represalia, un nuevo paquete de medidas contra Rusia.
Según la Casa Blanca, durante la reunión Biden expresó su «admiración» por el «extraordinario valor» de Navalny así como por «su legado de lucha contra la corrupción y por una Rusia libre y democrática en la que el Estado de Derecho se aplique igualmente a todos».
El equipo de Navalny sigue acusando al Kremlin de su muerte y de esconder su cuerpo para impedir cualquier intento de hacer una investigación independiente. Feroz opositor de Vladimir Putin –al que acusó de corrupto tras desvelar la lujosa mansión, con grifos de oro entre otras horteradas, que el amo de Rusia se ha construido la isla de Gelendzhik, en el Mar Negro- Alexei Navalny falleció repentinamente al regresar a la cárcel tras un paseo junto a otros presos.
Preso desde 2021 y condenado a 19 años por “extremismo”, era conocido por su combate contra la corrupción de las élites del régimen ruso, que denunciaba a través de su ONG Fundación Anticorrupción (FBK). En agosto de 2020 fue víctima de un envenenamiento con Novitchok, un poderoso agente tóxico, al que sobrevivió milagrosamente.
La notoriedad de Navalny, abogado, casado, padre de dos hijos y ortodoxo practicante, ha ido creciendo en los últimos años a medida que se sucedían sus detenciones y condenas. Su popularidad se inició en 2007, con una cruzada anticorrupción en la red social LiveJournal y, a partir de 2009, en su blog personal Rospit. En 2010 acusó al gigante energético ruso Transneft, de desviar cuatro millones de dólares en la construcción de un gigantesco gasoducto desde Siberia al Océano Pacífico.
En 2011 fundó el FBK, con el objetivo de denunciar irregularidades en las sociedades públicas y la corrupción en los grandes consorcios rusos. Las investigaciones de sus equipos, siempre muy documentadas, consiguieron millones de visitas en YouTube al tiempo que molestaban a los oligarcas y políticos rusos. Tras salvar varias obstrucciones administrativas y ser objeto de una investigación por “blanqueo”, en octubre de 2019 congelaron las cuentas del FBK y el ministerio de Justicia incluyó a la organización en la lista de “agentes del extranjero”.
Al mismo tiempo, Alexei Navalny se fue implicando cada vez más en política, combatiendo directamente al partido de Vladimir Putin, que llamaba “el partido de los ladrones y estafadores”, y su activismo empezó a costarle diversas citaciones judiciales y campañas en las que llegaron a acusarle de ser un agente de la CIA.
En 2012 le condenaron a 15 días de cárcel tras un enfrentamiento con la policía en una manifestación, y en 2014 fue condenado a un año de arresto domiciliario, junto a su hermano Oleg. Acusados ambos de desviar cerca de 400.000 euros, en detrimento del fabricante francés de cosméticos Yves Rocher, fue condenado a tres años y medio de cárcel, con la ejecución de la pena en suspenso. En diciembre de aquel año violó el arresto domiciliario asistiendo a una manifestación delante del Kremlin.
Antes, en 2013, presentó su candidatura a la alcaldía de Moscú y consiguió el 27% de los votos. En 2018, la Comisión Electoral Central rechazó su candidatura a la elección presidencial, alegando que tenía pendiente una condena en suspenso, y declaró que no podría presentarse a ningún cargo público hasta 2028.
Cuando preparaba una campaña para las legislativas de septiembre de 2020, el 20 de agosto fue envenenado perdiendo el conocimiento cuando volaba de Siberia a Moscú. Trasladado a Alemania para seguir un tratamiento contra el Novitchok, el 17 de enero de 2021 regresó a Rusia, siendo detenido en el aeropuerto de Moscú ante las cámaras de televisión del mundo entero y encerrado en una cárcel cerca de la capital.
Tras unos meses desaparecido, a finales de diciembre de 2023 aparece en las redes sociales anunciando que ha sido trasladado a una colonia penitenciaria en el Ártico. El 1 de febrero de 2024, en lo que sus seguidores consideran un legado político, Alexei Navalny llamó a organizar manifestación durante la elección presidencial, anunciada para los días 15 al 17 de marzo próximo: “Acaricio la idea –escribió- de que todos los que voten contra Putin acudan a las urnas a la misma hora, a mediodía. Mediodía contra Putin”.