«Las hijas de Abril», del realizador mexicano Michel Franco (Después de Lucia, Daniel y Ana) es la historia de una madre invasiva y manipuladora hasta el extremo, una representación aberrante del instinto materno que salta todos los límites y en realidad no es otra cosa que egoísmo. Esta película obtuvo el Preio del Jurado de la sección Un certain regard en el Festival de Cannes 2017.
Valeria tiene 17 años y vive con su hermana mayor en una casa frente al mar. Valeria está embarazada y enamorada de un chico de más edad, ejemplo de pasividad. Juntos deciden tener el niño. Inmediatamente después de dar a luz, Valeria siente que no puede con tanta responsabilidad y pide ayuda a su madre, Abril, una mujer en la cincuentena, bella y atractiva, quien poco a poco va reemplazando a su hija en todo, hasta pasarse de la raya. Intrusiva, vampira y a la vez inestable y nerviosa, Abril se mueve siempre en una huida hacia adelante que no respeta a nada ni a nadie.
Partiendo de la realidad sociológica mexicana de la existencia de muchas menores que se quedan embarazadas y son madres antes de tiempo, Michel Fraco ha planteado una historia de familia resuelta como “un thriller venenoso”, en el que destaca la intensidad que Emma Suarez pone siempre en la interpretación de sus personajes.
Tres puntos de vista femeninos para explicar unas relaciones humanas que se mantienen «en el filo de la navaja».
(Conste que, hace algunas décadas pero no demasiadas, también en nuestro país ocurrían casos de “suplantación” en la línea de lo que cuenta esta película).