Las triadas, las bandas mafiosas chinas, están intentando romper la contestación en Hong Kong, según informa Joël Chatreau en el boletín diario del canal internacional Euronews.
Con camisetas blancas, para que se les distinga fácilmente, y armados de palos, barras de hierro y bates de beisbol, el domingo 21 de julio de 2019 actuaron en la localidad de Yuen Long, cerca de la frontera con China, en lo que los habitantes de Hong Kong llaman «los nuevos territorios», dejando tras de sí un balance de 45 heridos, según fuentes hospitalarias, cinco de ellos muy graves y un hombre en estado crítico.
Para el autor de la información no es nada raro la elección del lugar ya que se trata de una zona «donde están muy implantadas las bandas criminales y las milicias rurales pro-Pekín».
Los atacantes esperaban en una estación de metro la llegada de los manifestantes, que regresaban de la última gran manifestación antigobierno celebrada en el centro de la isla de Hong Kong, se les echaron encima en los pasillos y les persiguieron hasta los andenes e incluso dentro de los vagones.
Los dirigentes del movimiento prodemocrático que lleva varias semanas manifestándose contra los impulsos autoritarios del gobierno comunista de Pekín, señalan directamente como responsables a las fuerzas de policía, «por dejarles actuar intencionadamente». De hecho, la policía tardó más de una hora en llegar al lugar donde tuvo lugar el ataque y no detuvo a nadie, «pese a que se vieron hombres con camiseta blanca en los alrededores del metro hasta las primeras horas de la madrugada del lunes»
El diputado demócrata Lam Cheuk-ting, quien se encontraba entre los manifestantes que regresaban en metro y que culpa directamente a las bandas chinas, resultó herido en la cara y un brazo: «Estas actuaciones bárbaras y violentas traspasan la línea roja de la sociedad civilizada de Honk Kong», señalo.
Euronews recuerda que ya en 2014 las mafiosas triadas chinas intentaron desestabilizar el movimiento conocido como «la revolución de los paraguas», que denunciaba los intentos del gobierno de Pekín de cambiar el estatus de los habitantes de la región administrativa especial de Hong Kong, antigua colonia británica retrocedida a China en 1997.