Es muy curioso que en esta época todo tenga relación con todo y haya quien le busque tres pies al gato y se los encuentre.
Según los estudiosos del tema, porque ahora hay «especialistas» en cualquier asunto, las sandalias con plataforma que son tan feas y dañinas, aparecen en tiempos inciertos como los actuales.
Y vaya que son inciertos.
Millones de migrantes huyen por pobreza o guerras y tratan de refugiarse en países que no los quieren y millones de niños siguen siendo violados, recibiendo malos tratos y muriendo por enfermedades previsibles y hambre.
Un loco y criminal convicto, es presidente de Estados Unidos y tiene temblando al mundo, que no sé hasta cuando lo soportará.
Continúan las injustas guerras de Putin en Ucrania y Netanyahu contra los palestinos y los conflictos en África, que provocan sufrimientos y marginación.
Tiembla, se incendia o se inunda el planeta.
Ciento treinta tres cardenales menores de ochenta años, entre los que están cinco purpurados de Iglesias orientales, tendrán que superar divisiones y zancadillas y elegir en secreto y por una mayoría de dos tercios, 89 votos, al próximo Papa.
Y en México seguimos con el sistema de salud colapsado y desabasto de medicinas; por la inseguridad desaparecen 45 personas cada día y matan a decenas; todo responsabilidad de un gobierno que no cumple con su cometido, aunque la presidenta mienta a diario, ufanándose de que todo está bien.
De modo que estos tiempos son más que ideales «por convulsos» para la aparición de esas sandalias primaverales; que para terror de podólogos y traumatólogos estarán dentro de poco en muchos pies.
Un artículo de Brenda Otero sobre este tema que publicó este uno de marzo el diario El País, advierte que estarán ocasionando muchas lesiones en los tobillos, porque carecen de solidez y equilibrio.
Josie Gardner, jefe de accesorios y zapatos en la tienda londinense Harrods, anunció ya que definirán la temporada de primavera verano 2025 «solo veremos sandalias veraniegas de corcho y botas y tenis de cuña».
Y que debido a que al final de 2014 las plataformas superaron en las preferencias femeninas a los de tacón, «las principales marcas están desarrollando zapatos casuales, pero con la altura y el atractivo de un tacón».
El País explicó que este tipo de calzado no es nada nuevo; su historia se remonta a varios siglos, cuando las mujeres debían usarlo por necesidad.
En la Edad Media era común entre mujeres ricas de Japón, Oriente Medio, Grecia y Roma el uso de bloques de madera para no mancharse de barro y en Venecia se popularizaron en el siglo diceiséis los Chapines,que alzaban la altura hasta en cincuenta centímetros para no arrastrar los vestidos por las calles enfangadas de la ciudad.
Y como las mujeres ricas no podían caminar en esos zancos sin la ayuda de sirvientes, usarlos era señal de jerarquía social.
En la tercera década del siglo veinte, recobraron popularidad con Salvatore Ferragamo y sus plataformas de arco iris, y siguieron manteniendo su relevancia durante los años cuarenta.
Desaparecieron entonces, para resurgir en los años setenta con la popularidad de la moda vintage y la llegada del rock y las discotecas.
Y las versiones más aparatosas llegaron gracias a Elton John, referente máximo de estilo durante esa época.
Todos esos años, asienta El País, se caracterizaron por eventos que desestabilizan pactos sociales y creencias asumidas, y por esta razón, hay historiadores de moda que emparejan las crisis, con estos exagerados zapatos.
«Hace años observé de manera casual que el calzado extremo retorna en la moda durante tiempos de recesión económica» dijo a ese diario Elizabeth Semmelhack, directora y comisaria senior del Museo del zapato Bata en Toronto, añadiendo que es interesante confirmar que han estado de moda durante muchos momentos de cambios y estrés.
Y si en el pasado fueron una forma de señalar estatus, fueron luego un elemento recurrente en la estética rupturista de diferentes tribus urbanas como los góticos y se identificaron con lo contestatario y la contracultura y cyberpunks, drags, que han recurrido a ellas para distinguirse de lo establecido.
Lo curioso es que, por una parte, doblegan los roles tradicionales de género y son populares en años en los que los movimientos feministas se hacen fuertes, pero por otra son constantes en ambientes hipersexualizados como los clubes de striptease.
Y como no están tan imbuidos de significado de género como los tacones altos, hasta creadores de moda que no diseñan específicamente para mujeres, los han incluido en sus colecciones.
También volverá a estar de moda ropa favorecedora y que me encanta, como las prendas de gamuza, las blusas de volantes y los vaqueros acampanados.
En fin, ojalá y pronto el mundo se componga y desaparezcan Trump, las intrigas vaticanas, la 4T y esos adefesios rompe huesos.