Los gobiernos de varios países del mundo han adoptado medidas enérgicas para reducir los gases que recalientan la atmósfera, ofreciendo en conjunto una base sólida para lograr un tratado mundial contra el cambio climático, informa Carey L. Biron (IPS) desde Washington.
Países en desarrollo, en especial China y México, encabezaron estos avances en 2013, según el mayor estudio hecho hasta ahora de legislaciones nacionales relacionadas con el cambio climático, que se presentó el 27 de febrero en el Senado de Estados Unidos.
El informe sostiene que 66 países, que representan 88 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, han adoptado casi 500 leyes nacionales sobre clima.
Este hallazgo «inyecta energías positivas a las negociaciones sobre cambio climático en la ONU», dijo a IPS uno de los coautores, Terry Townshend, subsecretario general para el desarrollo de políticas de la Organización Global de Legisladores para el Equilibrio Ambiental (Globe International).
«El estudio muestra que países de todo el mundo, de África, América, Asia y Europa, está legislando para enfrentar el cambio climático y fortalecer la resiliencia ante sus impactos», agregó.
«Esta actividad legislativa está creando mecanismos nacionales y estructuras institucionales para medir, informar y manejar los gases invernadero, un requisito fundamental para un acuerdo internacional efectivo», estimó Townshend.
En su opinión, esto es «impresionante». Pero, se apresuró a señalar, las leyes aprobadas no son suficientes para cumplir la meta prioritaria de la comunidad internacional: mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los dos grados respecto de los registros preindustriales.
«Por tanto, hay que hacer mucho más, y los gobiernos y las instituciones internacionales deben priorizar el apoyo a los procesos legislativos desde ahora y hasta 2015», indicó. «Ningún acuerdo internacional será eficaz ni creíble sin leyes proporcionales en el ámbito nacional».
El informe de 700 páginas fue publicado por Globe International y el Instituto Grantham de Investigación sobre Cambio Climático y Ambiente de la británica London School of Economics.
Si bien este es el cuarto de una serie, la nueva edición tiene un alcance mucho mayor e incluye el doble de países estudiados que la anterior.
De esos 66 países, 64 han adoptado leyes «significativas» sobre clima o energía o están en camino de hacerlo. Además, 61 países tienen normas para promover la adopción de fuentes de energía limpia, y 54 han establecido estándares obligatorios de eficiencia energética.
«Más países que nunca antes están aprobando leyes creíbles sobre el clima», dijo el presidente de Globe, John Gummer, en la presentación del informe.
Las negociaciones para lograr un tratado internacional que establezca una respuesta colectiva al cambio climático deben concluir en París en 2015 y sus resultados entrarán en vigor en 2020.
En este escenario, los investigadores del estudio califican 2013 como un «período de transición» en materia de diplomacia internacional. En ese lapso, se registraron cambios sustanciales en ocho de los 66 países y «avances positivos» en otros 19.
Los autores subrayan el plan nacional de clima de Estados Unidos, presentado por el presidente Barack Obama, así como sus renovados intentos de echarlo a andar mediante regulaciones en lugar de leyes.
También se señala que la Unión Europea (UE), que ha empezado lentamente a estabilizarse después de la grave crisis económica que comenzó en 2008, está cada vez más capacitada para avanzar en políticas climáticas.
Australia y Japón, mientras tanto, se consideran excepciones, pues se encuentran entre los pocos países del mundo que han retrocedido durante 2013.
El nuevo gobierno australiano prometió derogar una avanzada legislación sobre energía limpia, mientras Japón, luego del desastre nuclear de 2011, revisó a la baja sus metas de reducción de emisiones contaminantes.
Canadá y otros países son amonestados por no haber adoptado aún leyes insignia en la materia.
La otra cara de este período de transición se caracteriza por un aluvión de acciones en los países en desarrollo.
«El protagonismo está pasando de los países industriales a los que están en desarrollo y a los mercados emergentes», señala el estudio.
«Esto se ha acompasado con un aumento de la actividad legislativa sobre todo en adaptación. La cantidad de leyes climáticas en los países en desarrollo todavía es más baja que en el mundo industrial, pero muchos están borrando esa diferencia aprobando leyes nuevas y sofisticadas», añade.
En este aspecto se resalta lo hecho por los países de África subsahariana y de América Latina.
Solamente en 2013 casi todos los países subsaharianos avanzaron, en especial mediante estrategias nacionales de clima que crean la base para futuras leyes. Este proceso está aún más adelantado en muchas naciones latinoamericanas, encabezadas por México, Bolivia y Costa Rica.
«Este informe confirma lo que muchos sospechábamos: las negociaciones internacionales son el dominio del mínimo común denominador, donde las potencias compiten para bajar el listón, en lugar de subirlo», dijo a IPS la integrante del Instituto para Estudios Políticos, Daphne Wysham.
«La energía necesaria para una acción climática agresiva es mayor en el ámbito nacional e incluso subnacional. Esto indica que el principio de subsidiaridad, según el cual la acción debe tomarse en el nivel más bajo, debería aplicarse de manera urgente y que, quizás, las negociaciones internacionales ya no sirven para cumplir sus fines», estimó.
Apoyados en esta fortaleza nacional, Globe, el Banco Mundial y la ONU (Organización de las Naciones Unidas) anunciaron este jueves una nueva iniciativa para colaborar con los parlamentarios de cada uno de los 66 países analizados en el estudio.
El Acuerdo para la Legislación climática asistirá a los miembros de los poderes legislativos para que puedan redactar y aprobar leyes y controlar al mismo tiempo los presupuestos nacionales y las políticas sociales, ofreciendo estimaciones de sus impactos climáticos.
«En este 2014 crucial, los países han decidido que medirán las contribuciones que harán a un nuevo tratado climático universal previsto para 2015», dijo la secretaria ejecutiva de la convención sobre cambio climático, Christiana Figueres, a los 150 parlamentarios de 50 países reunidos durante dos días en Washington.
«Ninguno de estos países lo hace para ‘salvar al planeta’. Lo hacen porque ven ventajas sociales y económicas específicas en esas políticas. Y cada uno fortalece su posición en las negociaciones climáticas con metas concretas y apertura demostrada para las soluciones políticas», agregó.
La mejor forma de hacer efectiva la lucha contra el cambio climático, es que los países del mundo tomando conciencia conformen el «banco mundial del medio ambiente», cuyos fondos estarían constituidos por el aporte anual y permanente del uno % del PIB deducible de cada país, así como de las donaciones de fundaciones, ong, y otros , esto aparte de los acuerdos políticos de los países de reducir los GEI; los dineros del BMMA, estarían destinados exclusivamente para realizar acciones de reforestación y forestación de las áreas posible en los países del mundo, así como para la conservación mantenimiento y defensa de los bosques de árboles, dineros que entrarían , en acción a la presentación de proyectos de árborización en los diversos pueblos del mundo, con ello en forma global estaríamos realizando en forma conjunta una lucha frontal contra el cambio climático, sin soslayar la sustitución de las energías de fósiles por energías limpias..
Defensor de los bosques de árboles