Un grupo de emigrantes africanos a la orilla del mar en Yibuti levantan sus teléfonos móviles para capturar la señal de una red telefónica de bajo coste de la vecina Somalia. La instantánea, tomada de noche en el Cuerno de África, recoge el intento del grupo de ponerse en contacto con sus familias en una zona donde también se reúnen etíopes y eritreos en busca de trabajo. Es la foto del año del concurso World Press Photo. Su autor es el estadounidense John Stanmayer, uno de los cofundadores de la agencia VII.
“La suma de muchas historias”
«Yibuti es un punto de parada común para los migrantes en tránsito procedentes de países como Somalia, Etiopía y Eritrea, que van en busca de una vida mejor en Europa y el Oriente Medio», señaló la organización de este certamen mundial de referencia del fotoperiodismo en su 57 edición al valorar el trabajo del galardonado. «La foto es una suma de muchas historias”, dijo Jillian Edelstein, miembro del jurado. “Trata sobre la emigración, la pobreza y la globalización”, explicó, “pero también la tecnología, el desarraigo, la desesperación, la alienación y la humanidad”.
Retrato de la condición humana
Estamos ante una foto sutil y poética a la vez que intensa dentro de su gran simplicidad formal, con un significado profundo en ese retrato certero que ofrece del punto “mágico” de confluencia de hechos tan graves y preocupantes como son los movimientos migratorios en el tercer mundo con el tótem distintivo del mundo actual desarrollado que es el teléfono móvil. Un retrato certero de la condición humana aquí y ahora.
Lo mejor de cada casa
La primera lectura que debe sugerirnos esta foto es la tremenda valentía de los protagonistas cuyas siluetas vemos en ella dibujadas. Hace falta tener mucho valor, muchos arrestos para dejar familia, amigos, terruño, y emprender el viaje a lo desconocido persiguiendo el sueño de una vida mejor en paraísos idealizados que en tantos casos reciben al inmigrante como persona “non grata”, cuando no como mercancía apestada.
Más simple…
La simplicidad de la composición hace de esta imagen una foto para la historia: una figura en el primer plano que da paso a la figura dominante en el centro del fotograma y el grupo de figuras al fondo entre el mar y la luna. Las figuras son solo siluetas; la luna, un golpe de luz; el mar, una tenue línea del horizonte con el discreto reflejo de la luna en el lugar preciso. Todo ello en clave de denso y nocturno azul oscuro. Suficiente. “Menos es más.”
…más cerca
Hay un protagonista más de la foto que también está sin señal de cobertura: el propio fotógrafo. Corre la misma suerte que el grupo de migrantes, pues es un compañero de viaje más. De este modo, en esta foto cobran vida tanto el conocido mandamiento del periodista de Riszard Kapuscinski -“estar, ver, escuchar, compartir y pensar” como el celebérrimo consejo de Robert Capa: «Si tus fotos no son suficientemente buenas, es que no estabas lo suficientemente cerca».
Buscando la señal
Los personajes de la foto buscan una señal de cobertura para los móviles que sostienen brazos en alto. La metáfora para el observador de la foto, ciudadano occidental acomodado, está servida: la señal de humanidad que subyace en esta foto es que hemos nacido para estar en comuni(caci)ón unos con otros. Para ser hermanos.
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