Condenado sin ninguna prueba, en julio de 2013, a cuatro años de prisión incondicional por «constitución de banda criminal para cometer actos terroristas», el periodista Mustafá El Hasnaoui debe quedar en libertad, según la ONU.
El Grupo de Trabajo sobre detenciones arbitrarias de naciones Unidas ha pedido, el 19 de febrero de 2014, la libertad inmediata de Mustafá El Hasnaoui, periodista y defensor de los derechos humanos marroquí, condenado el 11 de julio de 2012 por el tribunal de Rabat.
Según un comunicado de la organización humanitaria Alkarama, con sede en Ginebra, los expertos de la Onu consideran que la detención de El Hasnaoui es arbitraria “en la medida en que se basa en el legítimo ejercicio de sus derechos humanos a la libertad de pensamiento, opinión, expresión y religión, así como a sus actividades en defensa de las personas perseguidas a causa de su pensamiento, ideología u opiniones”.
En el ejercicio de su profesión de periodista y sus actividades de militante de los derechos humanos, Mustafá El Hasnaoui investigó, documentó y denunció numerosos casos de violaciones de los derechos humanos en Marruecos, en particular en los medios islamistas víctimas de una campaña de represión como consecuencia de los atentados de Casablanca de 2003.
Fue detenido en el aeropuerto de esa ciudad, el 11 de mayo de 2013, después de que las autoridades turcas le expulsaran de Estambul, donde pretendía hacer un reportaje en los campos de refugiados sirios. Ante el tribunal de apelación de Rabat, El Hasnaoui negó en julio de 2013 haber cometido los actos que se le imputaban y justificó sus relaciones con medios salafistas por su trabajo periodístico y sus actividades como defensor de los derechos humanos. A pesar de las explicaciones, y sin que ninguna prueba confirmara los cargos, fue condenado a cuatro años de prisión incondicional.
«Las acusaciones formuladas contra El Hasnaoui, dice el comunicado de Alkarama, no se refieren a ninguna actividad violenta, ni mucho menos terrorista. Sus actividades como militante, intelectual y periodista parecen perfectamente lícitas». Los expertos del grupo de trabajo onusiano afirman que ha sido víctima de graves violaciones de sus derechos fundamentales y no ha tenido un juicio justo.