Con un pensamiento casi reverente para la magnífica comedia dramática británica “Los amigos de Peter”, hemos visto la película “Litus” (una abreviatura catalana de Carlos) del realizador Dani de la Orden, basada en la obra teatral del mismo título de Marta Buchaca, autora del guión de la película, y protagonizada por Quim Gutiérrez (“La cara oculta”, “Los últimos días”), Belén Cuesta (“Ocho apellidos catalanes”), Alex García (Gente que viene y bah”), Adrián Lastra (“Toc, toc”), Miquel Fernández (“La gran familia española”) y Marta Nieto (actriz de series)
Hace tres meses Litus se suicidó. La que fue su novia, sus dos amigos y su antiguo compañero de grupo de música, que desde la muerte de Litus se ha convertido en estrella de la música, se reúnen en el piso donde vivía Litus. Su hermano Toni les ha convocado porque debe entregarles la carta de despedida que Litus dejó para cada uno de ellos.
Lo que debía ser un encuentro para hablar del amigo muerto se convertirá en una velada donde los amigos descubrirán sus secretos más íntimos y saldrán a la luz todas las tensiones escondidas durante años.
Litus es una comedia agridulce con toques de thriller, que habla de la amistad, de la muerte y del amor. Una historia sobre el shock emocional que provoca en un grupo de treintañeros la muerte de un amigo de toda la vida, y que sitúa en primer plano el rechazo, casi se podría decir que generacional, a adquirir responsabilidades, en primer lugar a asumir una madurez que nadie desea.
El director, Dani de la Orden, ha dicho querer retratar “la torpeza emocional de su generación, la dificultad para expresar sentimientos de dolor o tristeza y resolver conversaciones con la falsa felicidad de un ‘Estoy bien’ (…) Litus habla de esas amistades rotas, con resquicios, trozos partidos, pero que se vuelven a juntar aunque las grietas siempre estarán visibles”.
Entre sonrisas y lágrimas, los amigos –un puñado de actores solventes y bien dirigidos- admiten que, como suele ser habitual en las pandillas, todos tenían alguna cuenta pendiente con Litus, el centro de toda la trama y al que nunca vemos.