La poeta y artista de 57 años Liu Xia, viuda del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, salió de China este martes 10 de julio de 2018 en un vuelo de Finnair con destino a Berlín, después de muchos años bajo vigilancia policial, y solo tres días antes aniversario de la muerte de su marido por cáncer el 13 de julio de 2017, según una información recogida por Le Monde.
Liu Xiaobo fue sentenciado en 2009 a once años de prisión por incitar a la subversión del poder del estado después de su papel en la creación del manifiesto para la democratización conocido como Carta 08. Murió sin haber sido liberado.
Liu Xia tiene previsto llegar a Berlín, donde se planea un evento importante el viernes 13 en homenaje al escritor desaparecido. Su partida de China, negociada durante muchos meses por Alemania, se produjo un día después de la visita al país germano del primer ministro chino, Li Keqiang.
Li se reunió en Berlín con la canciller alemana, Ángela Merkel, el lunes 9, quien visitó China a fines de mayo e hizo de la liberación de Liu Xia una de sus prioridades. Ella había discutido su caso con Li Keqiang en este viaje, y reiteró el deseo de Berlín de dar la bienvenida a Liu Xia en Alemania para recibir tratamiento médico contra la depresión.
Ola de protestas
Fueron sus hermanos quienes este martes por la mañana revelaron la información a los amigos de Liu Xia, quienes luego la transmitieron más ampliamente. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China confirmó posteriormente que Liu Xia había ido a Alemania para recibir «tratamiento médico».
Liu Xia y sus parientes en China y en el extranjero contaban inicialmente con su liberación en abril pasado, y la negativa entonces de las autoridades chinas provocó una ola de protestas tras la emisión en Internet por el poeta Liao Yiwu, exiliado en Alemania, de grabaciones sonoras de Liu al borde del suicidio: «Si no puedo irme, moriré en casa. Xiaobo se fue, no hay nada que me mantenga en este mundo «, dijo.
Liu Xia estaba bajo arresto domiciliario desde que se otorgó el Premio Nobel en 2010 a su esposo encarcelado. Se le permitió en ocasiones salir o ver a otras personas en su domicilio con la aprobación de los servicios de seguridad chinos, aunque nunca ha sido acusado de algún delito y a pesar de la pérdida de sus padres durante la año 2017
El acceso a su vivienda en el centro de Pekín estuvo permanentemente custodiada por agentes, no tenía dispositivos móviles ni conexión a Internet, y su teléfono estaba intervenido.