En A propósito de nada, el libro de memorias de Woody Allen, publicado en España por Alianza Editorial y traducido por Eduardo Hojman, sobre el que he escrito en Nueva Tribuna el artículo que puedes leer AQUÍ y en Moon Magazine este otro TEXTO, el genial artista estadounidense se describe a sí mismo con su ácido humor y nos deja una ristra de perlas majestuosas.
Como estas sobre los loqueros:
«He hecho muchos años de tratamiento psicoanalítico y mi conclusión es que sí, me ha servido, pero no tanto como esperaba ni tampoco de la manera en que lo había imaginado. Mis avances con los temas profundos han sido completamente inexistentes: sigo teniendo los mismos temores, conflictos y debilidades con los que cargaba a los diecisiete y a los veinte años».
«Los psiquiatras afirman que en momentos de crisis uno se convierte en quien es, sólo que más».
Soy
Woody Allen dice ser…
«Soy un gran fan de la gravedad y espero que dure».
«Soy una persona crónicamente insatisfecha, y es cierto que siempre prefiero estar donde no estoy».
«Soy discreto por naturaleza, escribo y dirijo y controlo todo el tinglado y nunca contratamos a actores problemáticos, por brillantes que sean».
Sobre la finitud y que le consideren un intelectual:
«Nunca acepté ser finito: yo no me apunté para esto de la mortalidad».
«No tengo ninguna neurona intelectual en la cabeza».
Somos
Y sobre los humanos, así en conjunto, considera que…
«Siempre pensé que, en la escala evolutiva, todos los animales son humanos fallidos».
La corrección política, nuevamente saltando por los aires. Puro Woody Allen.
«No somos más que un accidente de la física, Y un accidente bastante torpe, por cierto». Somos «la obra de un vulgar metepatas».
Gente a la que admira
A propósito de nada está repleto de personas, especialmente músicos, dramaturgos y cineastas, a los que Wood Allen dice deberles no sólo momentos extraordinarios sino en muchos casos su propio arte.
«Sófocles decía que no haber nacido puede ser la mayor de las bendiciones. Por supuesto, no estoy seguro de que hubiera dicho lo mismo si hubiera podido escuchar a Bud Powell tocando Polka dots and moonbeams».
Del humorista Jonathan Winters dice que era un genio que nunca necesitó que nadie le escribiera un chiste.
Mujeres, la risa y Oviedo
Me despido de A propósito de nada con cuatro reflexiones de su autor, mientras sigo esperando su próxima, inminente película.
«La vida es demasiado irónica para entenderla».
«Para ser un tipo que ha tenido que soportar bastantes ataques de los fanáticos del #MeToo, mi trayectoria con el sexo opuesto no está nada mal: he escrito muchos papeles para mujeres, algunos bastante jugosos. […] Y en mis películas a las mujeres se les paga exactamente igual que a los hombres».
«La risa no es una ciencia exacta».
«Oviedo es un pequeño paraíso, sólo estropeado por la antinatural presencia de una imagen en bronce de un pobre infeliz».