“Los 50 son los nuevos 30” (Marie-Francine), es una comedia romántica francesa, escrita, dirigida y protagonizada por Valérie Lemercier (“¡Palacio Real!”).
Le acompañan en el reparto de esta fábula bastante banal a la que no falta un toque de sátira social, Patrick Timsit (“El soplón”), Hélène Vincent (“Samba”), Philippe Laudenbach (“De dioses y hombres”) y Denis Podalydès (“El buen maestro”).
Demasiado mayor para un marido que la deja por otra mujer más joven, de sobra en el laboratorio donde trabaja y del que la despiden, Marie-Francine vuelve, a los 50 años, a casa de sus padres, que siguen tratándole como si fuera adolescente y le animan a abrir un pequeño negocio de cigarrillos electrónicos. Deprimida al máximo, fumando como un carretero tabaco de verdad mientras es incapaz de vender los cigarrillos sucedáneos, allí conocerá al portugués Miguel, un cocinero que se encuentra en idéntica situación que ella. A pesar de que todo parece estar en contra, la pareja intenta vivir un amor nuevo y rejuvenecedor…
Los críticos franceses, que no pueden negar que les pierde su pasión por las glorias nacionales (Oh,la,la,la… siempre “la France”, “la grandeur de la France), han alabado este largometraje centrándose en el “divertido universo” de la autora y protagonista, Valérie Lemercier, a la que se le reconoce talento como creadora de sátiras, y olvidando todo lo demás: narración carente de sentido, desarrollo caótico de la trama.
Siempre es un desafío escribir para una pareja romántica que ya ha doblado el cabo de la mitad de la edad previsible. Muchos realizadores han intentado ganarle la batalla al tiempo, sin conseguirlo. Tampoco Lemercier. Y eso pese a que, a simple vista, cada vez debería ser menos difícil conseguirlo, toda vez que –en la vida real- cada vez tenemos más noticias de parejas “mayores”, e incluso muy mayores, que están viviendo un renacimiento amoroso gracias a su encuentro en el centro social, en la residencia o en las páginas de contactos de Internet.
En todo caso, “Los 50 con los nuevos 30” es una película con nostalgia de la vida familiar tradicional –“infernal y tierna”- aunque muy local, con referencias culturales muy francesas, con pasajes retro –los paraguas de Cherbourg, Sylvie Vartan, Nana Mouskouri- difíciles de descifrar por el público de otras latitudes.