Los araras del territorio de Cachoeira Seca (Cascada Seca) registran la tasa más alta conocida de infección por COVID-19 de la Amazonía brasileña.
Según las estadísticas oficiales, el 46 por ciento de los 121 araras que viven en la reserva han contraído el virus, pero los expertos opinan que es muy probable que todos los araras del territorio ya se hayan infectado.
La noticia es potencialmente devastadora para este grupo, que fue contactado en 1987 y es especialmente vulnerable a enfermedades externas, informa Survival Internacional.
Los expertos creen que no es casualidad que la reserva sea una de las zonas más afectadas por las invasiones en toda la Amazonia, con cientos de madereros, acaparadores de tierras, agroganaderos y colonos que operan ilegalmente dentro de sus fronteras.
La reserva de los araras se encuentra en la cuenca del Xingú, donde la COVID-19 afecta en estos momentos a decenas de comunidades indígenas. Se sabe que algunas de las reservas de la zona están habitadas por tribus no contactadas, los pueblos más vulnerables del planeta.
«Estamos muy preocupados. En el puesto de salud [cercano a la aldea] no hay medicinas, ni respirador. Queríamos un respirador para no tener que ir a la ciudad», ha declarado un hombre arara a Survival:
«La aldea está a tres días de distancia de la ciudad, donde se encuentra el hospital. Pedimos protección para estos casos de coronavirus. El número de invasores ha aumentado mucho, están cortando mucha madera. El Gobierno no los está deteniendo. Hay demasiados invasores en el área».
Los araras exigen la expulsión inmediata de todos los invasores de su territorio y una respuesta íntegra de atención sanitaria para evitar muertes. Sus aliados, incluida Survival, están presionando al Gobierno brasileño para que adopte medidas urgentes.
COIAB, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña, señaló recientemente que «desde el principio, hemos denunciado el avance del coronavirus hacia las tierras indígenas y los riesgos de contaminación en nuestros territorios. La COVID-19 ya entró y se está extendiendo rápidamente. Estamos al borde del caos. Lidiamos una batalla diaria para sobrevivir, no solo por la COVID-19, sino también por el desmantelamiento de las políticas indigenistas, la demarcación y protección de nuestros territorios, la persecución de nuestras tierras y nuestras vidas, los asesinatos de nuestros líderes, las medidas legislativas antindígenas del Gobierno Federal».
Según Fiona Watson, directora de Investigación y Campañas de Survival International, quien ha visitado a la tribu arara: «en los últimos cuarenta años las selvas de los araras han sido devastadas y muchos de ellos han muerto por enfermedades introducidas por los invasores. El presidente Bolsonaro está ahora alentando una mayor destrucción de las selvas de los araras y de otros pueblos indígenas del país, selvas que han cuidado durante miles de años y de las que dependen para sobrevivir. Se necesita desesperadamente la solidaridad brasileña e internacional para resistir este genocidio».