El tema de portada del último número de la revista El Viejo Topo, correspondiente al mes de diciembre, está dedicado a los republicanos españoles en los campos de exterminio nazis, tal como lo ha investigado muy a fondo el historiador y periodista Carles Senso en su libro La ignominia de l’oblit (La ignominia del olvido), publicado por la Universidad de Valencia.
Portada de El Viejo Topo de diciembre de 2016En la entrevista se tocan, entre otros aspectos de aquel infausto episodio de la historia europea, el aprovechamiento que no solo hicieron las empresas alemanas de la mano de obra esclava, sino los empresarios franceses, austriacos o norteamericanos. Entiende el autor que si Estado Unidos intervino tardíamente en la guerra, teniendo como tuvo una oligarquía filofascista, fue porque quiso evitar que la URSS apareciera al término del conflicto como vencedora absoluta del nazismo.
Senso describe en la interviú la violencia extrema que se vivió en los campos de concentración y el horroroso carácter sádico que tuvieron las investigaciones científicas o pseudocientíficas practicadas con los internos. Es de destacar la solidaridad y firme organización que caracterizó el comportamiento de los nueve mil españoles recluidos tras las alambradas, sin diferencias ideológicas entre ellos. Para el autor, el nuevo relato de la democracia en España se hubiese tenido que configurar sobre los cimientos de la lucha antifascista, tal como ocurrió en otras partes de Europa, sin la ignominia que supone ese olvido.
El número 347 de la revista publica, además, dos entrevistas con puntos de vista muy distintos sobre autodeterminación, soberanía y derecho a decidir. La primera, con Josep Manuel Busqueta, comunista de la CUP, y la segunda con Miguel Candel, comunista, federalista y catedrático de la Facultad Filosofía. Busqueta sostiene que el proceso independentista puede ser interesante y productivo para el conjunto de las clases populares. Candel entiende que nadie puede tomar decisiones que afectan a terceros sin contar con ellos.
No puede faltar en la publicación de este mes un artículo dedicado a la victoria del candidato republicano Donald Trump, quien para Eduardo Luque no tiene un pelo de tonto, y al que considera una hipótesis de cambio, sin atreverse a definir en qué dirección. Samir Amin escribe sobre la cuestión kurda y considera divertido observar que los Estados Unidos han apoyado a los kurdos de Irak en nombre de la “democracia”, pero no a los kurdos de Turquía, aliado importante de la OTAN, para mayor confusión de la confusa cuestión kurda.
Higino Polo dedica su artículo en este número de la revista al autor de El maestro y Margarita, Mijaíl Bulgakov, previa visita a su casa-museo en Moscú. Aparte de hacer un balance de toda su obra, Polo analiza las reticencias que siempre tuvo el escritor con el socialismo, aunque se mantuviera integrado en la nueva situación revolucionaria. En este sentido es de destacar la peculiar relación que tuvo con Stalin. Ambos se respetaban y, de hecho, nunca culpó Bulgakov a Stalin de sus problemas. El articulista dedica especial atención a La novela del diablo, tal como el autor concibió primeramente el título de El maestro y Margarita. Escribió cuatro versiones y estuvo trabajando en la última hasta poco antes de morir, cuando ya estaba ciego.