“La criptografía es una cuestión de derechos humanos” escribe el periodista Philip Di Salvo en el digital Wird.it, “y las empresas que trabajan en el desarrollo de aplicaciones de mensajería instantánea se mueven en un sector que no puede situar en segundo plano las libertades civiles y la seguridad de los usuarios”.
Jan Koum, uno de los fundadores de WhatsAppLas anteriores afirmaciones están motivadas por la publicación, el 21 de octubre de 2016, de un informe de Amnistía Internacional (AI) titulado “For your eyes only?”, centrado en la fiabilidad en términos de respeto de la “privacy” de las aplicaciones más populares.
AI se ha basado, para establecer la clasificación, en los resultados de las empresas en cinco cuestiones fundamentales: el reconocimiento efectivo de las amenazas que existen online a la privacidad y a la seguridad, considerándolas riesgos para los usuarios; la aplicación del encriptado de “default”; la comunicación de las amenazas a los usuarios y la explicitación del uso de la criptografía como respuesta; y la publicación de los detalles de los datos entregados a los gobiernos, así como la de los detalles técnicos de los estándares de seguridad adoptados.
La asociación internacional humanitaria ha establecido un baremo de las once empresas más o menos eficientes “sobre la base de la respuesta a sus responsabilidades en materia de derechos humanos, y en el modo en que usan la criptografía para proteger la seguridad de sus usuarios. De acuerdo con esta clasificación, las aplicaciones de Facebook (WhatsApp y Messenger, 73 puntos sobre un total de 100) son las más fiables, seguidas de las de Apple (iMessage y Facetime, 67 de 100), Telegram (67 de 100) y por último los servicios de Google (Allo, Hangouts y Duo, 53 sobre 100). Las plataformas que alcanzan los peores resultados son las de Microsoft (Skype, 4º sobre 100), Snapchat (26 sobre 100), Blackberry (20 sobre 100) y Tencent (QQ y eChat, que están en 0 puntos sobre 100; o lo que es igual, nula fiabilidd). En el estudio, en puestos intermedios, aparecen también Viber, Kakao Inc y Line.
Preguntado sobre asunto de la privacidad online, Jan Koum, uno de los fundadores de WhatsApp, responde: “Nadie puede acceder a vuestras conversaciones”. Y después explica las razones, más bien la exigencia, de crear esta mensajería: “Crecí en Ucrania, en los años en que la comunicación era un lujo. Cuando llegaron los primeros teléfonos móviles eran muy caros, y las infraestructuras muy escasas. No era ningún misterio que escuchaban y controlaban las conversaciones Por eso, era importante para mí construir una herramienta que nos consintiera comunicarnos cuando quisiéramos, y que estuviera disponible para todo el mundo”.