Los herederos de Samsung donan 23.000 obras de arte al estado surcoreano

Compensan la cuantía del impuesto de sucesiones del cincuenta por ciento para fortunas superiores a dos mil millones

El presidente de Samsung, Lee Kun-hee, murió el 25 de octubre de 2020 a los 78 años, dejando una fortuna evaluada en más de diecinueve mil millones de euros, lo que le convertía en el hombre más rico de Corea del Sur, a la cabeza de una empresa que supone un quince por ciento del PIB del país.

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Lee Kun-hee y en segundo plano su esposa Hong Ra-hee

Considerando que el fisco surcoreano sigue muy de cerca la vida y milagros de las grandes riquezas y grava con un impuesto del cincuenta por ciento los derecho de sucesión cuando la herencia supera los dos mil millones de euros, los herederos de Lee Kun-hee tienen que entregar a la hacienda pública más de nueve mil millones de euros, lo que les ha sentado fatal y, de entre las opciones posibles, han optado por la de desprenderse de patrimonio, donando al estado 23.000 objetos de la colección de arte atesorada por el magnate de la electrónica: un totum revolotum de pinturas coreanas antiguas y contemporáneas, así como cuadros firmados por Marc Chagall, Pablo Picasso, Paul Gauguin, Claude Monet, Joan Miró y Salvador Dalí, según la información publicada en xataka.com, digital español creado en 2004, especializado en nuevas tecnologías.

Lee Kun-hee, director y presidente del conglomerado Samsung, una pequeña empresa comercial que heredó de su padre y convirtió en potencia económica mundial diversificándola en productos como los seguros y el transporte marítimo, licenciado en Economía por la Universidad Waseda de Tokio y con un máster de la George Washington estadounidense, dirigió la empresa desde 1987 hasta 2020, con una interrupción entre 2008 y 2010.

En 1995, Lee Kun-hee fue declarado culpable de sobornar al presidente Roh Tae-woo, y en 2008 condenado por evasión fiscal (diez años más tarde, el expresidente de Corea del Sur Lee Myung-bak fue inculpado de corrupción entre otras cosas por haber aceptado sobornos del grupo Samsung y haber indultado en 2008 al presidente). A consecuencia de un ataque cardíaco que sufrió en 2014, Lee Kun-hee quedó incapacitado y ha permanecido en coma hasta su muerte.

En los últimos seis años ha sido su hijo, Lee Jae-yong, quien se ha hecho cargo de la compañía, acompañado de distintas polémicas y pasando incluso un año en la cárcel, de los cinco a los que fue condenado en agosto de 2017, por un escándalo de corrupción.

Hace cuatro meses, en enero de 2021, ha sido condenado de nuevo, esta vez a treinta meses de cárcel, por un soborno relacionado con el delito cometido en 2017, por lo que sus abogados esperan que ahora solo tenga que cumplir un año y medio de cárcel. En cualquier caso, su actual perfil judicial puede impedirle seguir al frente de Samsung.

Para cumplir con la restrictiva ley de herencias de Corea del Sur hay, como ya hemos apuntado, diferentes posibilidades, y entre ellas la de vender una parte de las acciones, obtener un trato de favor del Gobierno, vender directamente parte de las acciones al estado o, como han elegido los herederos de Samsung, donar parte del legado al Estado. En 2014, cuando sufrió una crisis cardíaca, se encontraba entre los personajes más influyentes del mundo (Forbes), y había doblado su fortuna hasta más de catorce mil millones.

En 1990, al considerar que Samsung era una empresa que producía bienes baratos de mala calidad, decidió innovar fabricando productos de gran calidad y adoptando como lema «cambiad todo, menos la mujer y los hijos» (slogan evidentemente dirigido a la sociedad machista y patriarcal que hoy sigue siendo la surcoreana).

Su opción fue un gran éxito hasta el punto de que una de las filiales del grupo, Samsung Electronics, es hoy uno de los líderes mundiales en la construcción y desarrollo de semiconductores. Según el investigador Park Je-song, del Korean Lobor Institute, el fallecido Lee «ejercía un poder absoluto tanto sobre las orientaciones del grupo, como sobre el personal».

En 1995, considerando que los teléfonos móviles que fabricaban no eran de buena calidad, quemó quince mil en una ceremonia que siguieron por vídeo los trabajadores de todas sus empresas y puso en marcha la estrategia «cero defectos», que falló con el modelo Galaxy 7, algunos de cuyos ejemplares llegaron al mercado con baterías defectuosas.

Lee Kun-hee estaba casado con Hong Ra-hee, una de las mujeres más ricas del país, directora ejecutiva de la Fundación Hoam -un museo inaugurado en 1982 que cuenta con un fondo de más de quince mil obras de arte-, con la que tuvo un hijo y tres hijas. Una de ellas llamada Lee Yoon-hyung, se suicidó en 2005 en su apartamento de Manhattan. El padre no asistió al entierro porque la tradición budista establece que los padres no pueden ir a las exequias de las hijas solteras.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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