Los últimos mil días en la vida del periodista australiano Julian Assange “han sido difíciles”, según sus propias confesiones en las últimas horas, cuando se abre una puerta para que pueda acogerse al asilo que el gobierno de Ecuador le concedió hace ya más de dos años, informa Andes.
El filósofo estadounidense Noam Chomsky se cuenta entre quienes han visitado a Assange en la embajada de Ecuador en Londres. Foto: Wikileaks.
“Han sido mil días difíciles. No tanto para mí como para mi familia (…) mientras pasa el tiempo la situación legal y política se ha aclarado y se ha convertido en una injusticia obvia y notoria”, dijo en una entrevista con la cadena multiestatal TeleSur.
La reciente decisión de la justicia sueca de tomarle declaraciones en el recinto diplomático ecuatoriano de Londres, donde ha permanecido desde el 19 de junio de 2012, también ratifica una posibilidad abierta desde que el fundador de WikiLeaks ingresara a territorio de este país en el Reino Unido.
Ecuador, basado en las leyes suecas, propuso el envío de una autoridad judicial para que le tomara testimonio sobre presuntos delitos sexuales que se le imputan, o en su defecto se practicara esta diligencia a través de una videoconferencia, pero antes el Reino Unido amenazó con entrar en la embajada para arrestar al “hacker”.
Ahora Assange podrá responder a la indagatoria por esos delitos de los que se declara inocente alegando que fueron dos relaciones consentidas, pero para muchos en el mundo se trata de una maniobra desde Washington para hacerlo pagar cárcel en Suecia y pedir su extradición a Estados Unidos.
Esa fue la razón por la cual el informático, de 43 años de edad, pidiera protección a Ecuador en 2012 y que al gobierno de Rafael Correa concluyera que no existían garantías a su vida para ser juzgado en ese país, después de que el portal digital que él dirige divulgara más de 250.000 cables diplomáticos de Estados Unidos.
Desde entonces, vive en una oficina dentro de la misión diplomática ecuatoriana donde no recibe el sol, intentando sobrellevar los obstáculos propios de su condición, y organizando proyectos futuros ante el impedimento de poner un pie en la calle dado el asedio de la policía londinense en los alrededores día y noche para evitar su evasión.
Días y noches de confinamiento
Aunque no está recluido en una cárcel propiamente dicha, el australiano vive en condiciones que limitan su libre movilidad como ser humano y está precisado a permanecer las 24 horas dentro de la embajada de Ecuador.
“Es como vivir en una estación espacial, pero no se puede comparar con las dificultades de estar en prisión en confinamiento solitario”, afirmó en una de sus entrevistas.
No obstante, allí ha podido recibir a periodistas y a importantes personalidades del mundo, entre ellos periodistas, y los estadounidenses Noam Chomsky (lingüista y filósofo), además de John Cusack (actor) y Daniel Ellsberg (exanalista militar), y la escritora india Arundhati Roy.
En 1971, Ellsberg filtró los llamados «papeles del Pentágono», que mostraron cómo el Gobierno de Estados Unidos había engañado sobre la guerra contra Vietnam.
Las nuevas tecnologías le han permitido establecer comunicación con el mundo exterior y exponer sus ideas y consideraciones a través de videoconferencias, al ver reducidas sus exposiciones en público desde el balcón de la misión diplomática para saludar a sus seguidores y compartir su satisfacción de recibir visitas de diversas partes del mundo.
A través de esa vía hasta pudo participar en el video del grupo puertorriqueño Calle 13, en la canción titulada “Multiviral”, donde casi al final se escucha su voz leyendo unas palabras donde se cuestiona la libertad de expresión y los poderes que la limitan.
“Vivimos en un mundo de propaganda hecha, pero donde piensas que eres fuerte, eres débil/ tus mentiras nos dicen la verdad y nosotros la usaremos contra ti/Tus secretos nos enseñan dónde podremos entrar/ tus armas revelan tu miedo, para que todos lo vean/ del Cairo a Quito se está formando un nuevo mundo: el poder de la gente armada de la verdad”, dicen los versos recitados por él.
Según refirió en una entrevista con el canal Ecuador TV, un medio público, escogió a Ecuador para solicitarle asilo «porque en este país se vive una auténtica democracia»; «Ecuador es un país interesantemente político”, añadió.
Desde antes de solicitar el asilo político había sacado al aire un programa de entrevistas por la cadena RT (Rusia Today) denominado «El mundo del mañana», donde el presidente Correa fue uno de sus entrevistados; también inspiró una película titulada «El quinto poder».
Pero pese a haber sido aceptado su petición de asilo político, Assange no ha podido llegar a su destino, y mientras, trabaja unas 17 horas al día al frente de WikiLeaks, incluso hizo nuevas revelaciones desde la embajada de Londres. Allí ha podido hasta degustar el ceviche ecuatoriano y vestir una camisa típica nacional, al tiempo que para comunicarse se auxilia de un diccionario en español que tiene en la estantería de su estrecha habitación.
Descansar, sin embargo, no ha sido factible para él, al menos en esa primera etapa, sobre lo cual describió: «Dormir me resulta difícil, trabajo 17 horas diarias los siete días de la semana, y no me resulta fácil conciliar el sueño con ese constante movimiento policial».
En una entrevista con el diario inglés Daily Mail, la periodista Sarah Oliver relató cómo habían sido los primeros 100 días de su “arresto” involuntario, en los que su interlocutor lamentaba el impacto a su salud ante la ausencia prolongada de su exposición al sol y una tos permanente que le aquejaba y que temía que derivara en una afección pulmonar mayor.
Desde Ecuador, el canciller Ricardo Patiño alertaba que esa una probabilidad para un ser humano, por lo que se podría crear una situación compleja ante la falta de asistencia médica o el impedimento de enviarlo a una institución médica para un chequeo dada la vigilancia británica.
¿Quién le pagará a Assange los mil días que ha permanecido en la embajada de Ecuador?, cuestionó el canciller Patiño.
Por qué ahora sí
Pero nada de las denuncias y reclamos prosperaron en las conversaciones sostenidas entre el canciller Patiño y su par británico de entonces, William Hague, en septiembre de 2012, ni otros encuentros al más alto nivel.
Ecuador, por su parte, se vio precisado a llevar el caso al seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde solo Estados Unidos y Canadá se opusieron al rechazo a la amenaza británica de ingresar a la embajada en Londres para arrestar a Assange; también convocó a un foro en ese escenario sobre la figura del asilo político, que había sido una tradición en este continente.
Christine Assange, viajó a Quito en 2012, cuando todavía no se sabía cuál sería la respuesta del gobierno respecto a la petición de su hijo, para pedirles que consideraran la indefensión de la cual era víctima el informático por su propio país, donde éste había recibido incluso los mejores premios de periodismo que se conceden allí.
Llegó a afirmar que el gobierno de Australia se comportaba así porque era un “perro faldero de Estados Unidos”.
Otras tantas personalidades se pronunciaron a favor de la exoneración de los presuntos delitos contra la seguridad nacional de Estados Unidos al considerarlo un luchador por la verdad, que habría permitido al mundo confirmar las sospechas o ratificar las denuncias de la implicación de ese gobierno en hechos deleznables como crímenes de lesa humanidad, incluso en faltas hacia otros países, entre estos sus propios aliados.
En sus más recientes declaraciones, el jefe de la diplomacia ecuatoriana se cuestionó el por qué hubo que esperar mil días para aceptar la proposición de este país para que, sobre la base de las leyes suecas, Assange pudiera rendir declaración judicial.
«¿Por qué tuvieron que afectar los derechos humanos de Julian Assange y lo han tenido mil días confinado en nuestra embajada y ahora dicen que sí?»; «¿quién le pagará a Assange los mil días de confinamiento ilegal e injusto?», se cuestionó.
Mientras tanto, el fundador de WikiLeaks espera luz verde para resolver su situación y procurarse una vida normal, donde por lo menos pueda proteger su vida de sus enemigos acérrimos, compartir con sus seres queridos e implicarse en nuevos proyectos, además de satisfacer aquellas cosas que como ser humano añora.
«Echo de menos muchas cosas, ir a las tiendas o salir a comer con los amigos. Echo de menos un horizonte abierto, meter los pies en el mar, pescar, escalar una montaña…», habría declarado.
En los primeros tres meses de su enclaustramiento, el diario Daily Mail señalaba que más que nada, el fundador de WikiLeaks, considerado por sus adversarios como un “ciberterrorista”, extrañaba a su familia. “Assange es hijo y padre amoroso. Hay indicios de que tenía una relación seria antes de que su vida se convirtiera en un drama legal, aunque evita tratar todos los detalles”, refería. Lunes, 16/03/2015 – 12:45:00 AM Julian Assange ha permanecido recluido en la embajada de Ecuador durante mil días, pero ha podido comunicarse con el mundo exterior y exponer sus ideas. Foto: Cancillería Quito, 16 mar (Andes).-