Los principales periódicos del país nos han ido relatando las calamidades que ha ocasionado en España la gota fría (ahora Dana) en vidas y haciendas. Pero, ¿qué ha pasado con los animales de las zonas rurales?
Murcia, Almería y Alicante han sido las provincias más castigadas. Todo el mundo sabe que ha habido pueblos, como San Javier o Molina de Segura, en donde el río Segura ha hecho estragos, y que un holandés es la víctima número siete. De eso, y más, se ocupa hasta la TV.
Lo que yo quiero contar es algo que, desgraciadamente, no he visto en medio alguno: los animales engullidos por el lodo, el barro y el abandono de los ayuntamientos. Ellos no pueden llamar por teléfono ni denunciar.
Pero sí tienen quien les quiera: las asociaciones y los amantes de los animales de la zona. Se están dejando la piel con sus propios medios para devolverles a la vida. Sin ellos, muchísimos estarían muertos.
En Facebook, por casualidad, leí una petición de ayuda desesperada para conseguir personas que pudieran acoger a rescatados de dos y cuatro patas. Los de dos, son aves. Los de cuatro, jabalíes, perros, gatos, etc. Siguiendo el enlace que indicaban, entré en un grupo de wachap que me ha tenido clavada a la silla leyendo sus gritos de ayuda, sus éxitos cuando casi resucitaban a un animal, y sus necesidades como personas para poder llegar a los rincones más inaccesibles, porque sabían que había algún pequeño o grande atrapado en el agua o en el fango. Han necesitado desde bocadillos a gasolina.
En un par de días he comprobado que, gracias a todos ellos, incluidos veterinarios, hay cientos de animalitos que tienen una segunda oportunidad. Y hay una larga lista de donantes de comida, telas, cojines, etc. Desgraciadamente, algunas de las asociaciones también han sufrido importantes desperfectos en sus instalaciones, y precisan voluntarios para repararlas. También se han apuntado muchísimas personas dispuestas a acoger a los rescatados. Creo que sus desvelos serán todo un éxito.
Ahora bien, necesitan apoyos. Por lo que he comprobado, los ayuntamientos de muchas localidades se han desvinculado de esta tarea. No piden dinero, me consta, (acabo de leer que no se ingrese dinero en ninguna cuenta hasta que faciliten una lista “oficial” de necesidades adjuntando factura proforma), solo que nos involucremos dentro de nuestras posibilidades. Y si alguien lee algún anuncio solicitando ayuda económica (hay asociaciones que han perdido todo) que se entere antes de si es una necesidad real o hay algún “infiltrado” aprovechando el “rio revuelto”.
En este primer artículo no puedo dar información sobre cómo ayudarles, porque me han pedido un poco de tiempo, hasta mañana, ya que a última hora del día acaban exhaustos.
Lo haré en el próximo artículo, junto con sus declaraciones. Las fotografías que incluyo creo que dejan claro el nivel de tragedia, tragedia sí, para los animales, y el valor y coraje de quienes, altruistamente, hasta arriesgan su vida por ellos.
Mañana más.