Una misteriosa epidemia en forma de locura masiva, de origen desconocido, mal explicada y peor interpretada, provoca que los padres ataquen violentamente a sus hijos.
Carly Ryan, una adolescente vaga y tirando a rebelde, y su hermano Joshua, de nueve años, se encuentran atrapados en su casa y deben sobrevivir durante veinticuatro horas velando por sus vidas y, a la vez, evitando matar a las dos personas en quienes más confiaban: su madre y su padre.
Para amantes de películas de serie B, el thriller “Mamá y papá” (Mom and Dad), es una locura de gritos desgarrados y primeros planos en que los actores resultan difícilmente reconocibles.
Lo que prometía ser una película violenta, con un tema bastante original en principio, a lo largo de su hora y media de proyección arranca en bastantes ocasiones la carcajada de un espectador que había acudido al cine para ver una tragedia sangrienta, y se encuentra con una pantalla salpicada de kétchup, unos padres zombis y una historia sin sentido, fea y mala, decepcionante y aburrida, que ha dirigido Brian Taylor (la saga “Crank», “Juegos criminales”, “Gamer”) e interpretan Nicolas Cage (siempre peor, “Cotton Club”, “Hechizo de luna”, “Snowden”) y Selma Blair (“In & Out”, “Dark Horse”).