Mario Pino[1]
La prensa española destaca la comunicación telefónica entre el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy y el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Algunos medios, como el ABC, otorgan toda su primera página a la noticia. Todos destacan que España, o su Presidente de Gobierno, se ofrece como interlocutor de los Estados Unidos frente a Latinoamérica y Europa.
Los memes publicados en las redes sociales españolas se orientan hacia la traductora de Rajoy; debemos entender que, como corresponde, cada dignatario habló en su propio idioma, por lo que los quince minutos que duró la conversación deben reducirse a unos siete minutos e inferir que cada uno de ellos tuvo la palabra por tres minutos y medio si es que el diálogo fue equilibrado.
En ese tiempo las conversaciones cubrieron, según informa el Palacio de la Moncloa, los temas relativos a la lucha contra el Estado Islámico, explicaciones sobre el buen progreso de la economía española, el proyecto europeo, funcionamiento de la OTAN, fortalecimiento de las relaciones bilaterales y como si fuera poco, el ofrecimiento como interlocutor de Estados Unidos ante Europa y América Latina. Dejemos por el momento Europa para los europeos y a los propios españoles que evalúen el rol de mandadero y alcahuete para el que se ha propuesto a si mismo Mariano Rajoy.
Surge la pregunta de por qué los latinoamericanos necesitaríamos un interlocutor ante la Casa Blanca. España tiene un comercio bilateral con los Estados Unidos de poco mas de 14 000 millones de dólares, muy poco más que el pobre comercio con Argentina que supera los 13 000 millones. México, ante quien también se ofreció Rajoy como gran adelantado, tiene un comercio que supera los 550 000 millones de dólares. Datos fríos del comercio internacional del año pasado, dejando de lado aspectos aún mucho más importantes como los humanos o las contribuciones de los países latinoamericanos a la economía, a la cultura y la ciencia estadounidenses o su participación en desarrollos de la alta tecnología de Silicon Valley.
Hispanos o latinos, en los Estados Unidos se refiere a los habitantes provenientes de un país de habla castellana pero de América, aunque en algunos círculos se extienda a quienes en número escaso puedan provenir de la península europea y que en su escasez demográfica abundan los que se esmeran en diferenciarse. Indudablemente, la participación social, política, religiosa y cultural de los latinos o hispanos se refiere a los casi 60 millones de americanos – 15 millones más que todos los habitantes de España- que legalmente provienen de las tierras al sur del Río Grande.
Conocemos los buenos oficios que España, además de los Estados Unidos, brindó ante Gran Bretaña a los efectos de que no obstaculice que la OTAN otorgue a la Argentina el carácter de aliado extra zona en reconocimiento, formalmente, por su participación en la guerra del golfo Pérsico en 1991 y por su fuerte participación en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas. Ese rol se le pidió a España que por esos años obtenía importantes y ventajosos réditos en nuestro país de sus incursiones económicas, financieras y comerciales.
Los países latinoamericanos tenemos desde hace dos siglos capacidad de propia locución y las interlocuciones y buenos oficios de terceros, que suelen ser convenientes a todas las naciones, se piden excepcionalmente. En caso de ofrecerse la extrema discreción es esencial en el delicado oficio. Nunca se puede hacer en general y al boleo. En todo caso, ese rol se le otorga a alguien de mayor poder e importancia y, al menos en términos generales, la latinidad americana tiene su propia envergadura.
Ortega y Gasset, en un furcio que quizás no fue tal, proclamó que la emancipación americana no alcanzaba a lo intelectual y quizás aún quede en el subconsciente, o directamente sea el propio consciente de algunos españoles la idea de que la tierra de conejos, que ha conformado un Reino pero ha sido incapaz de forjar una nación, aún en su disgregación regional que siempre fue, sea capaz de implantar beneficiarios de mercedes que puedan organizar el vasallaje americano.
Queda por saber si Rajoy se propone como gran adelantado de Trump o del Rey Felipe VI.
!Habrase visto audacia!
- Mario Pino, exembajador argentino en Jamaica, diplomático de carrera.
- Artículo distribuido por la Agencia Latinoamérica de Información (ALAI)