Si hay un lugar ideal en Córdoba para celebrar un concierto de música árabe, ese es el palacio califal de verano de Medina Azahara, en lo que fue salón del trono, iluminado con colores cambiantes, del azul al rojo y a veces verde que le imprimieron de un ambiente feérico.
Allí celebraron un concierto en la noche del 8 de julio 2019 los músicos Hames Bitar, sirio residente en España, tocador de laúd y director musical del grupo; Kaveh Sarvarian, iraní afincado en España, virtuoso del ney y la flauta. El ney es una flauta de caña hueca, tan antiguo que se han encontrado en las excavaciones de Ur y en relieves de tumbas egipcias. Salman Mubarak, también sirio en España tocó el contrabajo sirio, Larbi Sassi, tunecino residente en Francia, el violín y Luis Taberna de Pamplona fue el percusionista, principalmente de panderetas. La cantante siria Linda Al – Ahmad puso su preciosa voz llena de matices, junto a sus compañeros, al servicio del homenaje a las Damas de la Canción Árabe.
Estas Damas fueron cantantes activistas, que a lo largo del siglo veinte destacaron en la lucha por los derechos de las mujeres y por su visibilidad pública. A ellas se deben los movimientos innovadores de la música árabe del siglo pasado y su relevancia en el desarrollo cultural es incuestionable. Ellas fueron la egipcia Umm Kulzum, la aristócrata siria Asmahan y la cantante libanesa Fairuz.
Umm conocida como el astro de Oriente, reclamó nada menos que la unidad árabe; Asmahan tuvo que exiliarse en Egipto con toda su familia por su compromiso político y allí alcanzó la fama como cantante y la libanesa Fairuz fue el foco de una revolución cultural, tanto en la poesía como en la música. Las tres gozaron de inmensa popularidad en el mundo árabe, auténticos iconos culturales de la segunda mitad del siglo XX que perdura hasta hoy, admiradas y respetadas por las vanguardias árabes actuales.
Una lástima que no se nos facilitara el repertorio de canciones. Sabemos que interpretaron tanto piezas tradicionales, como representativas del movimiento de las Damas Árabes. Que la dulzura de las cadencias musicales fue para enamorar a los oídos. Todos los músicos tuvieron su pequeño concierto solista, que el sonido del ney y luego de la flauta tuvo esa penetrabilidad crucial muy descriptiva en momentos del canto, digamos que la flauta ponía el énfasis en momentos puntuales. El instrumento rey de la música árabe, el laúd, tuvo el papel de maestro concertante de todos los músicos. Que la compenetración instrumental fue perfecta. Y que la voz de Linda junto con el sentimiento que puso en todas sus intervenciones simplemente enamoraron al personal..
Cuando el laúd de Hames Bitar, ya cerca del fin del concierto nos sorprendió con el Zorongo Gitano, El Vito y La Tarara, canciones populares de García Lorca, la emoción subió de punto con ese homenaje a nuestro poeta granadino universal. Y constatamos la belleza de la versión arabizante.
Hubo más de un largo momento en el que nos olvidamos de que estábamos en el siglo veintiuno, porque el entorno, el espacio concreto y la música transportaban fácilmente a la corte Omeya de Abd – al – Rahman III, el Gran Califa de Occidente, el que hizo de Córdoba una ciudad increíblemente única en Europa, un emporio científico y cultural impensables fuera del Califato.
Se transformaron simplemente en los músicos del palacio en el que de hecho estábamos. Hicimos un viaje musical en el tiempo hasta el siglo diez de nuestra era y eso fue mérito de los instrumentistas, la cantante y el lugar de fácil ensoñación. La verdad, no es fácil describir con palabras las sensaciones percibidas en esa noche mágica.
Un auténtico hito del 39 Festival de la Guitarra de Córdoba.
Palabras clave: Las Damas de la Canción Árabe