Un alcalde republicano asesinado y sancionado tras su muerte
Labrador, afiliado al Partido Socialista y alcalde de la localidad asturiana de San Tirso de Abres desde la primavera de 1936, Clemente Amago López-Villar (1895-1937) será homenajeado en su pueblo por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica con motivo del octogésimo aniversario de su asesinato, cuando las tropas golpistas entraron en ese concejo.
En su currículum constan las actas de las sesiones plenarias que se celebraban semanalmente en el Ayuntamiento y que tuvieron por objetivo construir escuelas, reparar caminos y crear servicios públicos. A la llegada de los militares felones y ante la represión llevada a cabo a lo largo de su avance hacía Asturias desde Galicia, Clemente Amago se escondió en los montes de Castropol durante algunos días, hasta que fue delatado por unos vecinos y entregado a un grupo de falangistas el 1 de septiembre de 1937.
En presencia de su mujer y su hijo de nueve años, los falangistas le dieron una paliza. Al día siguiente, su esposa pudo verlo casi agonizante en un camión que iba de camino a Lugo. No volvió a saber nada más de él. Se desconoce hasta la fecha el lugar en el que fue enterrado. La familia hubo de afrontar después un último escarnio: la multa de 200 pesetas impuesta por el régimen franquista, bajo la acusación de que Amago había desatendido sus obligaciones como máxima autoridad municipal.
Su caso fue incorporado por los nietos a la llamada Querella Argentina en abril de 2015. El homenaje en su memoria se celebrará en San Tirso de Abres el próximo 29 de octubre de 2016, ochenta años después de su asesinato, luego de casi cuarenta de democracia y tras más de veinte de gobiernos del partido al que Clemente Amago perteneció.