La primera mujer que será presidenta de México a partir del 1 de octubre 2024, Claudia Sheinbaum, ofreció a sus compatriotas un estado de bienestar, respeto escrupuloso de las libertades y cooperación con los países del Sur, al recibir el resultado de su abrumadora victoria en las elecciones del 2 de junio 2024, informa la IPS desde Ciudad de México.
En un discurso leído y con profuso empleo del plural, anunció que «continuaremos todos los programas de bienestar iniciados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ampliaremos los derechos a la educación, la salud, la vivienda y la cultura, y seguiremos construyendo un estado de bienestar».
Izquierdista prácticamente desde la cuna, pues viene de una familia de militantes, de origen judío europeo, casada y con dos hijos, Sheinbaum, de 61 años, una académica formada en Física e ingeniería de energía y ambiente, se desempeñaba como jefa de gobierno de la capital antes de convertirse en candidata a la presidencia.
Su partido, y el de López Obrador, el izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), se apuntó una contundente victoria, escrutadas más de 80 por ciento de las mesas, al obtener Sheinbaum 58,79 por ciento de los votos, a distancia de sus rivales Xóchitl Gálvez (28,2 por ciento) y Jorge Álvarez Máynez (10,52 por ciento).
Gálvez era candidata de una alianza de los partidos tradicionales, el Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó México durante setenta años el siglo pasado, el derechista Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD), escindido del PRI y cuyo deslave nutrió el Morena de López Obrador.
Álvarez Máynez representó al más nuevo Movimiento Ciudadano, sin opción de victoria ante el dominio de la escena electoral por Sheinbaum y Gálvez, lo que permitió predecir con mucha antelación que México tendría por primera vez una mujer en la presidencia.
«Por primera vez en doscientos años de la república me convertiré en la primera presidenta de México», festejó Sheinbaum al iniciar su discurso de agradecimiento por la elección.
Ofreció un gobierno de paz, armonía, austeridad financiera, disciplina fiscal, sin aumentos en los combustibles y electricidad, con garantías para las libertades de empresa, de prensa, reunión, concentración y movilización, y respeto a la diversidad política, cultural, regional y de género.
No hizo alusión a la violencia que ha ensombrecido la vida ciudadana en México y ensangrentó también la campaña electoral, con 37 candidatos a distintos cargos asesinados, y decenas de otras personas fallecidas en un total de 320 casos de violencia política contabilizados por la oenegé Laboratorio Electoral.
Anunció que facilitará la inversión nacional y extranjera, y sostendrá con Estados Unidos una relación de amistad y respeto, así como siempre defenderá a los millones de mexicanos que viven en el vecino del norte.
Para el Sur y el Caribe también «habrá relaciones de amistad y cooperación», y en general en política internacional «llevaremos a México por los caminos de la paz, respeto a la autodeterminación de los pueblos y no intervención».
Sheinbaum gobernará provista de un fuerte poder que nace de su contundente victoria, con más de treinta puntos sobre su adversaria de la derecha y una votación incluso superior a la de 53 por ciento de votos que ungieron a López Obrador en 2018.
Morena ha ganado mayoría calificada en la Cámara de Diputados y podría hacerse con una mayoría similar en el Senado –dependiendo de resultados de escrutinios aún pendientes, incluidos los del exterior, lo que le confiere un gran margen de maniobra para hacer reformas.
También en la capital se ha elegido como jefa de gobierno a una mujer, Clara Brugada, igualmente militante de Morena.
En total, en este país de 132 millones de habitantes había 98 millones de votantes que debían elegir más de veinte mil, desde la jefatura del Estado hasta integrantes de ayuntamientos y juntas municipales.
Desde el exterior llovieron las felicitaciones para Sheinbaum, Morena, López Obrador y la ciudadanía que protagonizó la elección más numerosa en la historia de la democracia mexicana, con especial complacencia de los gobernantes, líderes y movimientos de izquierda y centro-izquierda en la región.
Sheinbaum afirmó que con la jornada del 2 de junio «México ha demostrado que es un país democrático con elecciones pacíficas», y al congratularse por su condición de primera mujer elegida presidenta, exaltó la causa feminista: «No llego sola, llegamos todas».
El nuevo Congreso mexicano se instalará el 1 de septiembre, y un mes después Sheinbaum iniciará su mandato de seis años. En México el presidente de la república no puede ser reelegido jamás.