Teresa Gurza¹
Cuando este domingo 6 de junio de 2021, a las nueve y media de una mañana fresca para la zona, llegué a votar a una de las tres casillas que pusieron en Lomas de Cocoyoc (Atlatlahuca, Estado de Morelos), fueron 107.563 las instaladas en todo México, había ya 57 personas formadas (esperando) y pasaron cinco con dificultades para caminar y en sillas de ruedas.
La organización del INE (Instituto Nacional Electoral) fue impecable y más que felicitable en medio de tanta violencia y en plena pandemia; había hasta baño portátil y sillas para quienes no podíamos estar parados (de pie) mucho tiempo.
Colocada en una avenida y no en casa particular como se hacía antes, una carpa protegía del sol y la lluvia a las amables y bien capacitadas vecinas que fueron funcionarias de casilla (miembros de las mesas electorales), todas mujeres, y a una decena de representantes de partidos; se nos aplicó gel y todos usamos cubrebocas.
El promedio de tiempo para votar fue de cinco minutos; más tardaban los hombres que las mujeres.
He sido candidata, funcionaria de casilla y representante partidista, y sé lo desagradable de madrugar para pasar más de doce horas, con incomodidad, sed, hambre, frío o calor, comprobando que coincidan rostros, nombres y secciones, entintando pulgares, leyendo papeletas, sumando votos y llenando la multitud de actas a que nos obliga la desconfianza.
Según el PREP (sistema que provee los resultados preliminares de las elecciones) para presidente municipal de Atlatlahucan, alcaldía que me corresponde, votó casi el 53 por ciento del padrón y ganó el Partido Acción Nacional, PAN, con Alma Delia Reyes Linares como cabeza de lista, que obtuvo apenas 2282 votos; el 19 por ciento del total.
Se trata de una candidata chapulina², quien en 2015 fue postulada por el Partido Revolucionario Institucional, PRI, y perdió; y hasta el 31 de enero de 2020 trabajaba como juez de paz en el actual ayuntamiento morenista.
Es hija del expresidente municipal de Atlatlahucan, Alfredo Reyes Benítez, quien ganó con el PRI para el trienio 2009-2012, en 2015 fue inhabilitado por ocho años debido a denuncias de desvío de fondos públicos por más de cinco millones de pesos (unos 208.807 euros al cambio actual), y murió en mayo del año pasado, por COVID-19.
En un artículo anterior les comentaba que el Partido Futuro, Fuerza, Trabajo y Unidad por el Rescate Oportuno de Morelos, podría no sacar siquiera los votos correspondientes a las letras de su nombre; casi le atiné, tuvo 229.
El estado de Morelos pertenece a la Cuarta Circunscripción Nacional, y Morena³ se llevó sus cinco distritos electorales.
Resulta decepcionante que cuando más se necesita una opción eficaz y progresista de oposición, no la haya, y tampoco existan candidatos que entusiasmen.
No me gustó tener que votar en contra y no a favor de un partido, pero lo hice por la necesidad de parar a López Obrador.
Tampoco me había tocado sufragar (votar) teniendo en cuenta el voto útil y fijándome en que mi elegido no fuera a tener propensión a venderse ni vínculos con el narco.
Pero en mis ya muchas elecciones, siempre había vivido que, horas antes de conocerse los resultados oficiales, los presidentes nacionales de todos los partidos y muchos de los candidatos se digan triunfadores y proclamen haber «arrebatado» gubernaturas, diputaciones o ayuntamientos.
Táctica vergonzosa en la política mexicana, antes de iniciar la operación cangrejo que va reduciendo blufs, hasta llegar a lo que realmente se obtuvo.
Como hemos perdido décadas por la corrupción, trampas, derrotas, promesas incumplidas y demás horrores de todos conocidos, no tenemos partidos confiables.
Los resultados
Pero estoy contenta con los resultados, porque logramos el objetivo de quitarle al presidente la mayoría absoluta en el Congreso, y porque confirman que los mexicanos creemos más en nosotros mismos y el INE que en AMLO, y que los ciudadanos que llevaron a cabo las elecciones con decisión y sin miedo, y los que votamos, somos más listos, democráticos, plurales y responsables que los partidos.
Pero me preocupa la reacción del presidente. Dice estar feliz con el resultado, pero no se lo creo, y temo coletazos furiosos, porque perdió 57 diputados federales y más de la mitad de la Ciudad de México que, como el país, quedó dividida en dos bloques.
Y me pregunto si su mención al buen comportamiento de los narcos, el domingo de la votación, significa que contó con ellos para ganar los Estados del noroeste del país, feudo del Cártel de Sinaloa.
Me encanta que seis mujeres vayan a ser gobernadoras, aunque lamento que varias hayan sido postuladas solo por cumplir con las cuotas de género.
Celebro que el Partido Encuentro Solidario (PES), Redes Sociales Progresistas (RSP) y Fuerza por México hayan perdido su registro y dejen de recibir dinero público; lástima que no se hayan ido también el Verde y el del Trabajo.
- Teresa Gurza es una periodista mexicana multipremiada que distribuye actualmente sus artículos de forma independiente
- Que actúa en función de las circunstancias con el fin de ganar.
- El partido que actualmente gobierna en el país.