El 5 de octubre 2016 concluyó en Johannesburgo, Sudáfrica, la 17ª Reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre, COP 17 de la CITES, que se había iniciado el 24 de setiembre.
Según informa Conabio, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, las propuestas de la delegación de México para regular el comercio internacional de las palmeras conocidas como Pata de elefante y de la madera de los árboles identificados con el nombre de Palo de rosa, progresaron exitosamente. Como consecuencia, ambos grupos se incluirán en el Apéndice II de la CITES, que incluye a especies no necesariamente amenazadas de extinción, pero cuyo comercio debe controlarse para evitar que así sea.
En México y Centroamérica habitan once especies de las plantas Pata de elefante.
Específicamente, la Palma monja es endémica de México, se utiliza como ornamento y es muy cotizada por coleccionistas y viveristas. Las poblaciones silvestres de esta planta han sufrido mermas importantes por el saqueo llevado a cabo en Veracruz y Oaxaca, cuyo fin es la venta en países europeos y en otras regiones del mundo.
La Palma monja se distribuye en Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz y Oaxaca. Otras especies que también habitan en México son el Soyate barrigón y el Soyate de Tehuantepec (Oaxaca y Puebla), el Soyate de corcho (Chiapas) y la Despeinada (Campeche, Quintana Roo y Yucatán).
México también propuso que se incluyera en el Apéndice el Palo de rosa, concretamente para las trece especies de sus árboles pertenecientes al género Dalbergia, con distribución en México y Centroamérica. La madera de estos árboles tropicales es sumamente valorada en los mercados internacionales, principalmente en el de China, por su belleza y dureza, así como por sus propiedades acústicas. Además, cada vez se utilizan más en sustitución de las maderas de caoba y cedro, también cada vez más escasas.
Desafortunadamente, la tala ilegal del Palo de rosa en años recientes ha amenazado a sus poblaciones silvestres. Por esta razón, México puso a consideración de la COP 17 de la CITES, una propuesta para amparar la madera de todas las Dalbergias que habitan en el país, lo cual que fue aceptado por unanimidad.
Con su inclusión en el Apéndice II de la CITES, el comercio de esta madera deberá estar documentado y provenir de planes de manejo sustentables; adicionalmente, abriendo oportunidades de colaboración internacional entre países importadores y exportadores para garantizar su disponibilidad en el largo plazo.
Algunas especies de Palo de rosa que viven en México son: la Verónica (Chiapas, Tabasco y Veracruz), la Cahuirica (Chiapas, Michoacán y Oaxaca), el Palo de peine (Chiapas y Oaxaca) y el Corazón bonito (Chiapas, Hidalgo, Oaxaca y Veracruz).
La Cites es un acuerdo internacional concertado entre gobiernos. Su Misión es asegurar que el comercio internacional de especies de fauna y flora silvestres no amenace su supervivencia, sino que se realice de manera sustentable promoviendo la conservación de las poblaciones.
Desde el año 2000, Conabio es la autoridad científica de México ante la CITES y su misión es procurar que el comercio internacional de las especies incluidas en los Apéndices CITES se regule utilizando la mejor evidencia científica, técnica y comercial disponible, a fin de asegurar su conservación y su aprovechamiento sustentable.