La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, señala que el combate a la pandemia por la COVID-19 pasa por «reconocer y reparar las fracturas que han socavado la capacidad de recuperación de nuestras sociedades».
«Porque creo que todos somos conscientes de que el uso de la fuerza no acabará con esta pandemia. Enviar a los críticos a la cárcel no acabará con esta pandemia. Las restricciones ilegítimas a las libertades públicas, la extralimitación de los poderes de emergencia y el uso innecesario o excesivo de la fuerza no sólo son inútiles y carecen de principios. Disuaden de la participación pública en la toma de decisiones, que es la base de la elaboración de políticas sólidas», destacó.
Michelle Bachelet indicó en la apertura del 46º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos este 22 de febrero de 2021, en la que intervino el secretario general, Antonio Guterres, que la preparación de los esfuerzos de recuperación nos da la posibilidad de recomponer sistemas mejores y más inclusivos «que aborden las causas profundas y nos preparen para hacer frente a los retos que sin duda tendremos que afrontar».
Para conseguirlo, Bachelet apeló a eliminar cualquier forma de discriminación; a fomentar una participación pública relevante para elaborar políticas más eficaces; a reunir toda la capacidad operativa de todos los organismos de la ONU para apoyar a los Estados; y a priorizar la construcción o el refuerzo de los sistemas para hacer realidad el derecho a la salud y el derecho a la protección social.
La Alta Comisionada manifestó que el escenario para acabar con la pandemia y acelerar una recuperación duradera y resistente es el de «la aplicación efectiva de los principios de derechos humanos, basada en la confianza pública».
Para lograr esta confianza, Bachelet declaró que debe contarse con «una administración transparente, responsable e inclusiva, basada en una prensa libre, instituciones democráticas eficaces y la participación significativa del público en la política».
Bachelet destacó que todos los países deberían prestar un mayor apoyo a «estos pilares esenciales» y a las organizaciones de la sociedad civil «libres e independientes».
Ayudar a los más vulnerables
El presidente de la Asamblea General de la ONU, Volkan Bozkir, subrayó a su vez que la mejor manera de recuperarse de la pandemia es centrarse en las necesidades básicas de la población, entre ellas las nuevas vacunas contra el coronavirus.
«Es esencial que todas las respuestas a la pandemia de COVID-19 se centren en los derechos humanos y promuevan la protección de nuestros ciudadanos, incluidos los más vulnerables, que son los que más necesitan nuestra atención y consideración», destacó.
Bozkir explicó que «esto incluye garantizar la distribución equitativa y justa de las vacunas para todos. Es fundamental que se facilite la participación de la sociedad civil, el sector privado y todas las partes interesadas, y que se les proporcione información durante la planificación y la evaluación de las respuestas».