Teodoro Rentería Arróyave
De acuerdo, es verdad que el presidente, Enrique Peña Nieto, recibió un país en descomposición sobre toda por la absurda y fracasada lucha contra el crimen organizado que en forma unipersonal decretó su antecesor, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
También es cierto que decenas de funcionarios de todos los niveles y de todos los órdenes de gobierno están cuando menos comprometidos con los fuertes intereses de esa poderosa delincuencia.
También está comprobado que una parte numerosa de la población, por la pobreza misma, al verse beneficiada por las mafias, se convierte en uno de sus aliados más significativos y efectivos.
En alguna ocasión, un jefe de plaza declaró que nada podía hacer, ni siquiera en forma preventiva para frenar o detener a los delincuentes, porque cuando trataba de actuar, decenas de personas, sobre todo jóvenes se habían convertido en «chiveros», es decir, en informantes en cadena para que los malhechores pudieran armar su retirada o su huida con toda tranquilidad.
Con respecto al estado de Michoacán, conste que no usamos el calificativo de estado fallido, tenemos que aceptar que algo falló cuando los grupos de autodefensas comunitarias se consideraron aliadas de los gobiernos legítimamente constituidos.
Sí, algo falló, porque nadie pensó en que los malosos iban a armar a sus contra autodefensas, con acciones de gran impacto social.
De ninguna manera podemos ocultar, en todo este drama que no sólo viven los michoacanos sino todos los mexicanos en todo el país, están presentes las voces que le apuestan al fracaso del gobierno de Enrique Peña Nieto, como es la declaración de la hermanita incomoda de Felipe Calderón Hinojosa, la mil veces suspirante al gobierno michoacano, de apelativo «Cocoa», quién, no sabemos a qué artes recurre, para no morderse la lengua, al afirmar que la estrategia del actual gobierno «es más de los mismo», en otras palabras son una copia exacta de los fracasos de su hermanito expresidente.
Nosotros no queremos unirnos al coro que le apuesta al fracaso, sin embargo creemos que el brutal fenómeno de la inseguridad pública de la nación y en particular la que está padeciendo Michoacán, merece un trato superior de estrategias que exige la consulta y el asesoramiento de los expertos nacionales, y por qué no, de extranjeros.
En esta situación nacional, focalizada ahora en Michoacán, no sólo se juega el futuro del gobierno de Peña Nieto, sino el futuro mismo de la nación, por eso mismo nosotros nos marginamos de la apuesta del fracaso.