El escritor Miguel Ángel Curiel sigue indagando, haciendo preguntas a un mundo reacio a responderle. Sigue tensando el lenguaje, las palabras, la sintaxis para procurar un dardo que penetre la opacidad de lo exterior, de lo que le rodea.
“El color es la mentira// es el naranja// no puedes azularlo// ni tapar// con tus manos el mundo”
Con ecos de otros (Hölderlin, Celan, Mallarmé, Adorno, Valente, Gamoneda) pero sobre todo con esa voz suya cada vez más seca y depurada, con esa mirada que quiere atravesar la naturaleza para sacar de ella lo que tiene de vida, Curiel vuelve en este “Jaraíz” a debatirse entre la niebla y la oscuridad, entre la desesperación y la confesión existencial:
“Mi amor a la vida// no le vale// a la vida”
La búsqueda, la indagación de Curiel es una entrada a fondo en el mundo natural para sacar de él claves que expliquen lo absurdo, lo doloroso, lo mentiroso, lo incomprensible de lo humano. Y todo ello forma una riada de versos que lo mismo destellan claridad que alumbran abismos:
“El poema es inflexible// Le da igual// No sabe llorar// Intenta envolver// el mundo”
La lucha de Curiel es la pelea del fragmento contra el todo; del color frente a la borrosidad de la niebla o la ceniza; es la tensión hacia el relámpago que ilumina a la vez que destroza la calma de la noche.
“Palabras que se traban en lo que dicen/ licuación del silencio”
Y en medio de todo, la belleza queriendo salir de entre la niebla.
- Miguel Ángel Curiel
Jaraíz
Amargord eds. Madrid, 2018