*Luis de Luis
¿Cómo contar la misantropía? ¿Cómo narrar como se vive por dentro?
Sin juzgar, sin aleccionar, solo mostrar cómo se saborea y disfruta o se sufre o sobrelleva…
¿Cómo narrar, en definitiva, las múltiples aristas del rechazo a los demás?
Paco Bernal lo escribe, Juan Vinuesa lo pone en pie y Ángela Chica lo ha exhibe en “Mirona” la espléndida función de los domingos madrileños ( 20 : 15 de la tarde) en los Teatros Luchana.
Como una gata alunada, una gata triste y azul, una gata sobre un tejado de barro, Ángela Chica repta, cual rampante barona, a un tejado – que será su refugio y trinchera, su cabaña infantil – para jugar a las casitas con hormigas y moscas, para soplar hilos de nube, para, con rayos X en los ojos, mirar – como se estuviera encaramada a una ventana indiscreta – como la gente de su alrededor se trastabilla y tambalea , a recrearse en sí misma.
Orgullosa, eufórica, ilusionada, exalta su soledad, presume de su rechazo se autoafirma y recrea un mundo, de acuerdo – en términos schopenhauerianos – con su voluntad y su representación mientras narra a una mosca – que será su Viernes – con orgullo y lucidez, como ha construido los muros y las fosas que protegen a su yo.
Espléndidamente dirigida, Ángela Chica danza un mono ballet , sube baja y trepa por los tejados, exaltada e incontenible, hechizando y desconcertando, a partes iguales, a los maravillados espectadores prendados de su sonrisa y palabra, mientras desgrana, sílaba a sílaba, un implacable elogio: tal vez a la soledad, quizás a la estupidez, posiblemente a la locura o , lo que viene a ser lo mismo, a la lucidez.
Esa decisión queda a manos de cada espectador.
Dirección: Juan Vinuesa
Dramaturgia: Paco Bernal
Reparto: Ángela Chica
Iluminación: Pedro Yagüe y Braulio Blanca
Escenografía: Ícaro Maiterena
Vestuario: Paloma de Alba
Dirección técnica: Javier Cala
Fotografía: Óscar Arribas