Amnistía Internacional (AI) ha vuelto a denunciar la situación social en Catar. Así, cuando se van a cumplir los cinco años de su designación para el Mundial de fútbol de 2022, en el rico emirato sigue “la explotación laboral incontrolada” según denuncia la ONG.
Las autoridades gubernativas, al mando de la familia Al Thani, no han llevado a cabo reformas significativas a pesar de la gran difusión pública de las terribles condiciones que soportan la mayoría de los obreros de la construcción migrantes, provenientes de países como Pakistán, Filipinas, Bangla Desh, India…..
“Apenas se ha hecho nada para abordar los abusos incontrolados contra los trabajadores migrantes. La persistente tardanza en llevar a cabo reformas laborales en Catar conduce irremediablemente al desastre en materia de derechos humanos”, ha señalado el investigador de Amnistía Internacional sobre los derechos de las personas migrantes en el Golfo, Mustafa Qadri.
“Las propuestas de reforma del gobierno no abordan los problemas esenciales que dejan a tantos trabajadores a merced de su empleadores, e incluso estos cambios están tardando en formalizarse” denuncia AI. “La FIFA también ha tenido mucho que ver en esta lamentable situación. Sabía que había problemas de derechos laborales en Catar”.
Amnistía Internacional ha efectuado cinco visitas de investigación a Catar en los últimos cuatro años para examinar las condiciones de la población trabajadora migrante, que se espera que ascienda a dos millones de personas en los próximos dos años.
En un informe de mayo de 2015 se determinaron nueve cuestiones fundamentales sobre los derechos de los trabajadores migrantes. Catar no ha abordado en absoluto cinco de ellas, entre otros: el pago de los sueldos con retraso es un problema generalizado, que pone a muchos trabajadores migrantes y a las familias que dejaron atrás en su país en una situación desesperada -cobran al cambio, entre 200 y 300 euros mensuales-; Compromiso de aumentar el número de inspectores de trabajo hasta 400 antes del final de 2015: aplazado hasta el final de 2016; Reforma del restrictivo sistema de patrocinio conocido como ‘kafala’, causa fundamental de los problemas de los trabajadores migrantes: los limitados cambios prometidos en mayo de 2014 no se introdujeron hasta octubre de 2015 y no comenzarán a aplicarse hasta el final de 2016.
Con el nuevo sistema seguirá siendo necesario el consentimiento del empleador para que los trabajadores cambien de trabajo o salgan del país.
“Con el sistema ‘kafala’ a un empleador sin escrúpulos le resulta también muy sencillo salirse con la suya si paga los suelos con retraso, alojar a los trabajadores en viviendas precarias y donde están hacinados o amenazar a los trabajadores que se quejan de sus condiciones. Es por eso que el sistema ‘kafala’ necesita una revisión profunda, no sólo remiendos superficiales”, explicó Mustafa Qadri.
“Los trabajadores migrantes continúan encontrando impedimentos y retrasos para acceder al sistema de justicia y no se les permite fundar sindicatos ni afiliarse a ellos. Miles de ellos consiguen aún a duras penas recibir atención de la salud adecuada y otros servicios básicos, tardan en obtener el permiso de residencia o viven y trabajan en condiciones intolerables”, denuncia AI. Hay que recordar que en Catar no existen los sindicatos ni el derecho a la huelga. No en vano la Confederación Sindical Internacional, que representa a 168 millones de trabajadores en 155 países, considera que es uno de “los peores países del mundo para trabajar”.
La FIFA envuelta en casos de corrupción apenas ha hecho nada concreto en los últimos cinco años para presionar a las autoridades de Catar. Es más, cada día que pasa se tiene más claro que fue una designación ‘comprada’ a base de dinero y que va a motivar el cambio de fechas, por primera vez en la historia de los mundiales, pasará a diciembre provocando el parón de todas las ligas europeas. Es el país elegido con menor tradición futbolística, además del más pequeño en tamaño en recibir un evento como un Mundial.
Catar no ha investigado, como prometió en mayo, la detención de los periodistas británicos y alemanes –denunciado por Reporteros sin Fronteras (RSF)- que intentaron investigar las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores migrantes. Catar ocupa el puesto 115 según la clasificación mundial de libertad de prensa de RSF, bajando dos puestos respecto al año pasado, forma parte de los países donde existen serias dificultades.
El fútbol es un escaparate tremendo para Catar, no en vano la familia real catarí ha comprado el club francés Paris Saint Germain o se anuncia en las camisetas del Barcelona, además de tener varios canales específicos deportivos en la televisión Al Jazeera.
Por último, recordar la criminal detención y parodia de juicio del poeta catarí Mohamed Al Ajami, por el ‘delito’ de escribir un poema titulado ‘Todos somos Túnez y la revolución de los jazmines’. Fue condenado en 2012 primero a cadena perpetua y luego a 15 años de prisión que todavía cumple.