Niños víctimas de la violencia de género que no solo se han quedado sin madre, sino que tienen un desamparo absoluto por parte de las instituciones. Según el informe que aportan la Fundación Mujeres y el Fondo de Becas Fiscal Soledad Cazorla, 7 de cada 10 mujeres asesinadas por violencia machista tenía hijos menores de edad.
Desde que estos niños se contabilizaran en 2013 actualmente la cifra asciende a 200 huérfanos; 8 más si añadimos los que se han quedado en este año en curso. Situaciones dramáticas porque la madre no había cotizado ni los 15 años a la seguridad social, pensiones denegadas y dolor, mucho dolor.
En el pacto de estado solo se pide que automáticamente cobren 600 euros pero el reglamento de la ley sufre retrasos por el congreso y de momento no están cobrando nada más que 190 euros.
Estos datos presentados en el Senado destacan los 570 asesinatos de mujeres que han dejado huérfanos a los niños desde el año 2005; niños que no han tenido apoyo psicológico siendo el 72 % eran menores de edad. Si a esto le sumamos la falta de protección social, las víctimas de la violencia machista que no dejan de ser niños no reciben ni el 10 % de compensación como sí lo hacen las víctimas del terrorismo.
Actualmente los niños que se han quedado huérfanos tienen una calidad de vida insostenible sumado al desamparo que presentan al perder a su madre; muchos de ellos la han visto morir. Un seguimiento psicológico que apenas dura un año y después de esto, el abandono absoluto por parte de la administración. Por ello, reclaman que se les aplique la pensión de orfandad máxima a estos niños de forma que la Seguridad Social deje de recurrir todas las pensiones reconocidas.
Gracias a la aportación de las becas Soledad Cazorla se han recaudado casi 90.000 euros el año 17. Cuando se recopilaron los datos, 336 niños se quedaron huérfanos, al menos, 129 convivían con su madre y 142 eran mayores de edad.