El principal proyecto de fact-checking de Brasil, Comprova, ha decidido abandonar el uso de etiquetas como «falso» o «engañoso» para combatir la desinformación, y en su lugar, adopta un enfoque centrado en la explicación y el contexto, buscando reducir la polarización y aumentar la confianza del público.

Esta nueva línea de investigación se basa en estudios académicos y forma parte de una evolución estratégica en la lucha contra las noticias falsas en un país especialmente vulnerable a la desinformación.
La desinformación se ha convertido en una amenaza estructural para las democracias en América Latina, y Brasil es uno de los países donde este fenómeno ha tenido mayor impacto. Durante años, iniciativas de verificación como Comprova, integrada por medios como Folha de S. Paulo, O Globo y UOL, han etiquetado contenidos como «falsos» o «verdaderos» para alertar al público. Sin embargo, tras un proceso de evaluación y análisis de audiencias, han optado por reformular su estrategia.
«Queríamos saber qué nos faltaba para alcanzar a la gente que no confía en nosotros», explica Sérgio Lüdtke, coordinador del proyecto Comprova, citado por la LatAm Journalism Review. A raíz de esta reflexión, el equipo comenzó a aplicar principios del periodismo constructivo y de soluciones, combinando la verificación con enfoques más pedagógicos, que ayuden al lector a comprender el contexto y la lógica detrás de la desinformación.
En lugar de desmentir de forma directa con calificativos rotundos, los nuevos artículos explican los orígenes de los rumores, los datos reales y el impacto potencial de su difusión. Además, se utilizan ilustraciones, preguntas guía y explicaciones paso a paso que permiten al público construir su propio juicio crítico. Esta metodología se inspira en trabajos de investigación del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y del proyecto First Draft, especializados en alfabetización mediática.
El cambio también responde a una necesidad urgente: evitar reforzar las percepciones de sesgo político. «Cuando alguien recibe una etiqueta de ‘falso’”’ sobre una información en la que cree, puede sentir que el medio está tomando partido», subraya Lüdtke. Este tipo de reacción puede agravar la polarización, especialmente en contextos como el brasileño, donde la desconfianza hacia los medios de comunicación ha aumentado tras años de crisis institucional.
Por ello, Comprova ha empezado a trabajar en formatos narrativos adaptados a distintas plataformas, incluyendo redes sociales, podcasts y vídeos explicativos. Uno de los primeros productos de esta nueva etapa ha sido el boletín Comprova Explica, que desglosa y contextualiza desinformaciones relevantes sin etiquetas de veredicto.
Implicaciones para otros países
La experiencia brasileña puede servir de modelo para otras iniciativas de verificación en América Latina y el resto del mundo. En lugar de centrarse exclusivamente en desmentir, la nueva estrategia apuesta por acompañar al lector, fomentar el pensamiento crítico y fortalecer la resiliencia informativa de la ciudadanía. Una apuesta especialmente relevante en un contexto de creciente polarización y desinformación electoral.
Este enfoque no elimina la rigurosidad, pero modifica la forma de comunicar la verificación. Tal como concluye Lüdtke: «La gente quiere entender, no solo recibir un ‘esto es falso’».
En un momento en que los medios se juegan su credibilidad, esta propuesta invita a reflexionar sobre cómo recuperar el vínculo con una audiencia fragmentada y a menudo desconfiada.



