El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció en la noche del martes 10 de enero de 2017 su último mensaje como mandatario haciendo énfasis en los logros de su gestión, el compromiso de una transición pacífica con Donald Trump y reconociendo que el tema racial aún es objeto de división en su país.
El mandatario se presentó antes 20 000 personas en Chicago, ciudad donde celebró su primera victoria hace ocho años. “En diez días el mundo será testigo de un trazo de la democracia (…) Mi gobierno garantizaría la transición más fácil tal como lo hizo el presidente (George) Bush conmigo”, aseguró.
El mandatario hizo un recuento sobre algunos de los logros que ha tenido su administración tales como dejar atrás la recesión que atravesó el país en 2008, el cierre del programa de armas nucleares de Irán, el derecho de salud a 20 millones de ciudadanos y la creación de 11.3 millones de empleos.
En una intervención que duro algo más de 50 minutos defendió su legado como luchador contra el racismo y la discriminación, promotor de un acuerdo global frente al cambio climático y las medidas durante su mandato que permitieron el matrimonio homosexual y ampliar la cobertura sanitaria a 20 millones de personas a través de Obamacare.
Respecto al racismo, el presidente saliente reconoció que todavía «es una fuerza divisora» y que queda mucho por hacer: «todavía no estamos donde necesitamos estar. Todos nosotros tenemos mucho trabajo por hacer», afirmó el mandatario.
En ese contexto, afirmó estar en contra de las agresiones contra musulmanes en Estados Unidos: «nosotros como ciudadanos debemos permanecer vigilantes contra la agresión externa, debemos protegernos contra el debilitamiento de los valores que nos hacen ser quienes somos».
Sobre política interna y exterior enfatizó que ninguna organización terrorista ha logrado ejecutar un atentado en el país durante sus ocho años en la Casa Blanca y aseguró que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) será destruido.
Abogó porque EEUU se mantenga «vigilante, pero no asustado» en la esfera mundial, al defender que las dos otras potencias que luchan por la hegemonía global, Rusia y China, no la obtendrán a no ser que el país cambie drásticamente.
«Rivales como Rusia o China no pueden superar nuestra influencia en todo el mundo, a no ser que renunciemos a lo que defendemos, y nos convirtamos en otro país grande que abusa de sus vecinos más pequeños», sentenció.
El mandatario estadounidense también abordó sobre su preocupación por el tema climático: «podemos y debemos discutir sobre la mejor forma de abordar el problema. Pero simplemente negar el problema, no solo traiciona a futuras generaciones, sino que también traiciona el espíritu esencial de nuestro país», agregó.
Con la frase “Yes, we can. Yes, we did» (Sí, podemos. Sí, lo hicimos»), Obama cerró su discurso en el que se dejó llevar por la emoción al agradecer el apoyo de su esposa e hijas.
El 20 de enero de 2017, Obama concluirá un mandato que se prolongó durante dos periodos, desde 2009. En esa fecha le entregará el mando a Trump, quien se impuso en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre de 2016.