La UE obliga a proteger arrecifes y chimeneas de gases como los que serían destruidos en las prospecciones
Oceana ha presentado alegaciones al Estudio de Impacto Ambiental presentado por Repsol para poder llevar a cabo operaciones de búsqueda de petróleo frente a las costas canarias. En ellas indica que el muestreo hecho para evaluar los fondos y su impacto es muy insuficiente y que faltan datos clave que Repsol ya tenía en 2003, pero que no aparecen ahora.
Entre estos datos ocultados está la presencia de hábitats protegidos en la zona donde se pretenden efectuar las prospecciones, como arrecifes y estructuras formadas por gases, ambos incluidos en la Directiva de Hábitats de la UE. En Canarias aún no se ha declarado ningún área para proteger estas últimas, a pesar de esta obligación legal y de desconocerse si existirán en otro punto del archipiélago.
Oceana hace especial incidencia en la insuficiencia de los datos aportados, ya que apenas suponen el muestreo de un 0,0000001% de la superficie de exploración y no analizan los diferentes hábitats y fondos presentes en la zona, como recomiendan los organismos internacionales, incluyendo OSPAR, y las propias empresas petroleras.
“Repsol ha intentado cumplir el expediente con el mínimo esfuerzo posible, pero su informe deja mucho que desear para conseguir las autorizaciones para una actividad de este impacto y envergadura”, ha declarado Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana en Europa y perito en el juicio contra Repsol en el Tribunal Supremo. “La superficie muestreada es de un tamaño ridículo, la propia Repsol reconoce que quizás no coincida con el área donde sondeará y el informe que pasa por estudio de impacto ambiental oculta datos biológicos y geológicos fundamentales y que están documentados”.
El estudio de Repsol no resulta concluyente, pues tras haber analizado menos de 6 m2 de sedimentos, algo a todas luces insuficiente a juicio de Oceana, termina reconociendo que los fondos muestreados pueden no ser siquiera aquellos que se verán impactados por las actividades petroleras, ya que aún no se ha determinado el lugar exacto en el que se realizarán. Esta sola afirmación deslegitimiza y anula por completo el trabajo.
Oceana también ha aportado información de varios estudios previos, incluido uno de Repsol de 2003, en los que se demuestra que en la zona donde Repsol pretende realizar sus prospecciones hay montículos, corales de profundidad, pockmarks, chimeneas de gas y diferentes comunidades de fondos como crinoideos, holoturias, esponjas cristal, fauna excavadora, etcétera.
Un estudio de Oceana remitido a la Comisión Europea en 2012 calcula que las actividades petrolíferas en el Estrecho Canario podrían afectar a 25 áreas marinas protegidas, 12 tipos de hábitats y 82 especies incluidas en legislaciones y convenios de conservación marina. La organización internacional de conservación marina recordaba también en este documento que la tecnología actual carece de capacidad de respuesta ante un accidente en fondos profundos, como se vio en el Golfo de México en 2010.
Enlaces:
- Alegaciones de Oceana al Estudio de Impacto Ambiental presentado por Repsol sobre Canarias.
- Alegaciones de Oceana a los sondeos exploratorios