Pacto de silencio sobre el muro entre Peña Nieto y Donald Trump

¿Pacto de caballeros?

Teresa Gurza[1]

¡Por favor!
Que no se llene la boca Videgaray con eso de que Trump y Peña no hablan públicamente del muro que se quiere construir entre México y Estados Unidos “porque llegaron a un pacto de caballeros”; porque ni uno ni otro lo son.

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Peña Nieto y Donal Trump en su encuentro en México en 2016

Los caballeros no se comportan de forma depredadora y amenazante, como Trump.
Ni reciben a escondidas casas de contratistas, ni ocultan que fueron ellos los que llamaron al contrario, ni mucho menos pactan guardar secreto en asuntos públicos que interesan a todo un país, como Peña Nieto.

Ese secretismo solo beneficiará a un loco que goza maltratando a otros; que es repudiado por medio mundo y al que la Unión Europea le acaba de rechazar a su embajador.

Y en estos momentos ha ocasionado una situación tan grave, que no sabemos si es verdad que Trump le dijo a Peña que enviaría a sus soldados a combatir a los narcos y su filtración hecha desde la Casa Blanca de allá, busca demeritar más a Peña y dividir en mayor medida a los mexicanos; o se trata de una mentira.

Todo podría ser aclarado si el gobierno mexicano da a conocer la grabación completa de esa llamada de “amenaza coloquial”, que el mismo Trump dice que fue “muy dura”; mientras que Videgaray, la califica como “una muy buena y constructiva llamada”.

Por si fuera poco su complicidad en la corrupción como dueños de casas pagadas por Higa, Peña Nieto y Videragay comparten ahora la vergüenza por el inmerecido e indignante trato que han prodigado al presidente gringo.

Y hay que preguntarnos qué clase de amigos frecuenta Videgaray, para que, como ha dicho, se vea obligado a ponerles el alto y decirles «de ahí no pasas».

Los antecedentes del canciller aprendiz me hacen pensar que su incidente con Netanyahu, fue un distractor al que como mono de feria se dirigieron sus dardos, para disimular la situación entre Peña y Trump; no debiera espantarse Videgaray de que el premier israelí esté a favor de los muros, cuando él, a pesar de ser mexicano, ha declarado que tener muros divisorios es normal entre personas vecinas y entre países colindantes.

«Las familias en sus viviendas tienen muros que dividen la casa de uno con la casa del otro, es parte de la convivencia normal entre los vecinos…» dijo en Washington; y resaltó que «existen coincidencias muy importantes con el Gobierno de Estados Unidos y confío en que existirá una buena relación entre ambas naciones».

Aunque parezca mentira, porque a estas alturas nada debiera sorprender, no dejan de asombrarme esos políticos mexicanos a los que les da por encarnar el espíritu de Cantinflas y no atinan a responder con coherencia lo que no les conviene. Y soberbios como son, piensan que llamando a una unidad falsa, ficticia y sin destino, vamos a parar a Trump.

Pretenden que olvidemos que los forjadores de ese «pacto de unidad y dignidad nacional», son precisamente las cabezas de un gobierno timorato, patético y sin estrategia, que entre muchas y vergonzosas acciones internacionales no tenido dignidad frente a Trump; y en lo interno, ha reincorporado al gabinete a Virgilio Andrade, el mismo señor de los caireles que cobró salario de ministro, pero no encontró nada ilegal en las acciones de su jefe (por la investigación que le encargó Peña Nieto sobre su casa blanca).

Quieren que pasemos por alto que los «llamadores» son dirigentes del PRI, partido sin calidad moral y caracterizado por haber llevado al poder a presidentes, funcionarios y gobernadores corruptos, algunos presos y otros huidos.

O del PAN, que cuenta en su haber con dos sexenios nefastos por abusos y complicidades; que ha cobijado a buen número de gobernadores, legisladores y alcaldes ladrones, y que sabiendo que la damisela Vázquez Mota recibió de Peña 900 millones de pesos (casi 42 millones de euros al cambio actual), insiste en postularla por el Estado de México.

Y entre los que llaman a esa unidad, están personajes como el perredista (y actual gobernador) de Morelos, Graco Ramírez, que se ha ganado a pulso fama de ineficaz y corrupto.

¿Qué mafia es esta que nos pide unidad, al mismo tiempo que negocia en lo oscurito y retribuye con sobornos y cargos los favores?

¿Qué más buscan estos políticos a los que no les importa ceder, con tal de lograr acuerdos que los beneficien en lo personal, aunque pongan a México de rodillas?

Más que unirnos con ellos, quienes estamos en contra de hacerlo debemos actuar con la firmeza de la que carecen ante Trump; ya vimos que el miedo a que aumente el descontento, los hizo recular del anunciado aumento de esta semana a la gasolina.

  1. Teresa Gurza es periodista

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