El escritor José Luis Ferris es el autor de Palabras contra el olvido, una biografía de María Teresa León, encargo de Ana Gabín para la Fundación José Manuel Lara. Una biografía (ha habido al menos dos anteriores) que busca «justicia histórica» para la figura de una escritora cuya obra se ha mantenido a la sombra de Rafael Alberti.
Asegura Ferris que la irrupción de Alberti en la vida de León, y su decisión de pasar a un segundo plano, ha hecho prejuzgar la obra de quien «nunca dejó de escribir». Y asegura que, ”entre la gente de letras, cuesta que te digan uno de sus títulos, como Memoria de la melancolía o Juego limpio”.
No hay constancia, no obstante, de que entre ellos se hayan dado casos de parasitismo creativo tipo Rodin-Camille Claudel, o Gregorio-María Martínez Sierra, ni era ése el objeto de este estudio. Sin embargo, durante la presentación de esta biografía, que tuvo lugar el día 1 de junio de 2017 en Madrid, se insistió mucho en hacerle hablar al autor del estado actual de la Fundación Alberti («o lo que queda de ella»), en manos de «la viuda bióloga», con casas en Roma a las que no ha podido entrar la hija de ambos, Aitana, una de ellas en pleno centro y llena de gatos al más puro estilo okupa.
Ferris ha ahondado en los archivos en busca de su escritura y de su vida y afirma que María Teresa León era una mujer de bandera, guapísima, pero que no es eso lo que quiere contar él sino poner de relieve «una obra literaria de mucho peso y evitar que se convierta en una anécdota española». «Como autora, estaría a la altura de nombres importantes de su generación, como Rosa Chacel o María Zambrano», y está convencido de que todavía le faltan textos por descubrir.
Palabras contra el olvido no es, en todo caso, «un libro contra Alberti». No obstante, ha señalado que la hija de ambos escritores, Aitana, podría sentirse incómoda al leerla, pues Ferris hace alusión a los últimos años de vida de León a su vuelta del exilio, cuando «pasaron cosas horribles, escandalosas, como el anuncio de su boda por la iglesia cuando todavía ellos dos seguían casados». Él era un vanidoso con un ego tremendo, la prueba cómo narra cada cual (él, en ‘La arboleda perdida’, ella en ‘Memoria de la melancolía’) el encuentro con Picasso en un teatrito de París. Y sobre todo, un ingrato que se portó muy mal al volver los dos a España, no quería verla -tuvieron que obligarlo casi a punta de pistola- cuando ella enfermó de Alzheimer y estaba postrada en silla de ruedas, el episodio de la boda con otra…
Tuvo en esos momentos el consuelo de recuperar a sus dos hijos, habidos de su primer matrimonio y perdidos por completo al irse con Alberti. Se trata de un episodio dramático, pues, nacida en una familia militar de Burgos, «ella no quería casarse, pero resultaba que, si elegía ser libre, tenía que renunciar a sus hijos. Se casó al cumplir la mayoría de edad y a los tres días nacía el primero. Un escándalo en Burgos». A los 25 años, se vino a Madrid gracias a la tutela de sus tíos -Menéndez Pidal y María Goyri-. En Madrid, fue vendedora de coches (mujer emprendedora, como Zenobia Camprubí) y en una velada literaria conoció a Alberti.
El caso que «colea» de Miguel Hernández
Ya en su biografía de Miguel Hernández, titulada Miguel Hernández, pasiones, cárcel y muerte de un poeta, se refiere Ferris a este episodio tristísimo protagonizado por la pareja. Ellos pudieron «hacer algo más» para evitar su ingreso en prisión, tal y como revelan los diarios del embajador chileno en España durante la Guerra Civil, Carlos Morla Lynch. Resulta que Morla Lynch ofreció a los tres refugio en la embajada, cosa que Alberti y León rechazaron sabiendo que al día siguiente un coche les llevaría a Alicante (para salir de España). Hernández no sabía nada y así quedó tirado en tierra de nadie. Más tarde moriría en la cárcel. Alberti ni mencionó a Miguel Hernández en sus memorias, mientras que León estuvo atormentada toda la vida recordando este episodio.
Pero también los momentos duros del exilio tienen cabida en esta biografía, en especial el año que pasaron en París nada más dejar España. Allí se encontraron con el rechazo de editores a publicar sus obras. Y ya en Argentina, donde ella sostenía la casa hasta que él empezó a dibujar carpetas, ocurrió que, después de llevar allí 26 años, tuvieron que salir perseguidos. Y es que si alguna enseñanza deja el siglo XX, es la de estar siempre con las maletas hechas.
Mª Teresa León Goyri (Logroño 1903- Madrid 1988) publicó más de veinte libros en vida y tiene una obra inédita. Es posible que en los traslados se hayan perdido otras y que todavía puedan aparecer algunas más.